El proceso de privatización de Alitalia entra esta semana en su fase decisiva. El consejo de administración de la aerolínea analizó ayer la oferta de compra y el proyecto propuesto por Air France-KLM. La jornada decisiva, con todo, será la del próximo martes, día en que el presidente del grupo franco-holandés, Jean-Cyril Spinetta, mantendrá un encuentro con los sindicatos.

Los directivos de Alitalia no parecen tener otra alternativa que la de aceptar la oferta de Air France-KLM. Tampoco cuentan con mucho tiempo para tomar una decisión, ya que la prolongada fase de venta de la compañía ha provocado su descalabro bursátil y, por ello, una previsible rebaja de la oferta inicial del consorcio franco-holandés. Informaciones no oficiales indicaban ayer que el recorte de personal en Alitalia será de 4.000 empleados, en lugar de los 1.700 anunciados en un principio. Uno de los mayores escollos son las plantillas de Az Fly (pilotos y auxiliares de vuelo) y de Az Service (personal de tierra). La mayoría de estos trabajadores podrían ser transferidos a una sociedad estatal que "no los necesita", según Nicoletta Rocchi, portavoz de la CGIL, primer sindicato del país. La semana pasada, Spinetta condicionó la operación al visto bueno de los sindicatos y del Gobierno que salga de las elecciones del 13 de abril, lo que implica que hasta mayo no se llegará a una solución definitiva.

A ello se ha sumado que en la última semana la acción se ha derrumbado un 8,9%. En medios empresariales, se especula con que la oferta final sea de 22 céntimos por acción, en lugar de los 35 céntimos propuestos hace unas semanas.

Una vez que el consejo de administración haya aceptado el plan franco-holandés, será el ministro de Economía --el Estado es titular del 49,9% de Alitalia-- el que deberá dar su visto bueno. Luego se pronunciarán las autoridades bursátiles italianas y después la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes.