Los temores sobre la deuda de los países más débiles de la eurozona, azuzados por los ataques de los especuladores, se dieron un respiro con el cambio de año, pero han vuelto con fuerza. Las dificultades de Portugal para colocar su deuda se han contagiado al resto de países situados bajo la lupa de los mercados: Italia, Bélgica y, en particular, España. Una situación peliaguda, pues el Tesoro realizará su primera emisión del año el próximo jueves.

La tregua se rompió el miércoles, cuando Portugal tuvo que pagar para colocar 500 millones en letras a seis meses un 80% más que en su última operación. La demanda, sin embargo, fue más elevada, lo que animó al Tesoro luso a anunciar una emisión de entre 750 y 1.250 millones de obligaciones a tres y diez años para la semana que viene.

La decisión no ha gustado a los inversores, que ven en ella la constatación de que el país tiene problemas de liquidez que le obligan a acudir a los mercados aun teniendo que pagar altos precios. La mayoría de los expertos comienzan a dar ya por seguro que Portugal tendrá que solicitar ser rescatada por la UE. Y las miradas apuntan a la siguiente pieza del dominó: España.

VENCIMIENTOS El mercado teme, y los especuladores lo fomentan, que los países más vulnerables vayan a tener problemas para hacer frente a sus vencimientos de deuda mediante nuevas emisiones. Para este primer trimestre, los Estados, bancos y empresas tiene previsto colocar 80.000 millones de euros, según estimaciones de Citi.

Una avalancha de emisiones que podría obligar a pagar precios inasumibles para países como Portugal. De hecho, el interés de sus bonos a diez años está ya en el mercado secundario (el de compra-venta entre inversores) el nivel psicológico del 7%, señalado en octubre por el ministro luso de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, como aquel a partir del cual el país podría verse abocado al rescate.

Se acerca al 8%, el nivel que marcaba Irlanda cuando tuvo que ser socorrida por sus socios europeos. No le ayudan a Portugal rumores como el que circulaba ayer de que el Banco Nacional de Suiza ha dejado de aceptar bonos portugueses como contrapartida, algo que ya hizo hace unos días con los irlandeses.

CONTAGIO Ante este panorama, el diferencial del bono español a diez años con el alemán de referencia, que mide el riesgo de impago que el mercado percibe en un país, se disparó hasta los 269 puntos básicos, su nivel más alto desde finales de noviembre y lejos de los 236 puntos de comienzos de la semana.

Prueba de la percepción del mercado es el informe trimestral sobre riesgo soberano que la consultora CMA publicó ayer y que sitúa a España como el séptimo país del mundo con más probabilidad de impago (26,7%), frente al puesto 21 del tercer trimestre y el 34 de hace un año. El país solo está por detrás de Grecia, Venezuela, Irlanda, Portugal, Argentina y Ucrania. El Ibex, por su parte, cayó el 1,46%