Nadie hizo ayer leña del árbol caído, salvo los representantes de ERC e IU-ICV. Ni el Gobierno ni sus opositores en la patronal CEOE aprovecharon la crisis de la aerolínea del presidente de los empresarios españoles para pedir que deje de desempeñar sus funciones.

Pero ni la defensa que realizaron los opositores de Ferrán, Juan Rosell y Josep González, sonaron sinceras. El primero intentó conquistar el cargo de Díaz Ferrán, pero este maniobró para frenar el proyecto de renovación. Rosell dijo ayer: "No intentaré hacerlo nunca más". En nombre de las pymes, González lamentó los problemas del patrono, aunque ambas organizaciones discrepen sobre cómo defiende la CEOE el tejido empresarial español. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo que Díaz Ferrán es aún el interlocutor del Gobierno. Pero desconvocó una reunión que tenía prevista con él para ayer. Los portavoces de ERC, IU-ICV y BNG pidieron su dimisión al considerar que difícilmente puede representar al empresariado quien ha demostrado escasa capacidad de gestión en sus negocios.