El proteccionismo de políticas como las que está implementando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene efectos y costes y calcularlos ha sido el objetivo del último informe publicado por la OCDE. Una oleada proteccionista que elevara los aranceles a la altura de los años 1990 tendría un impacto muy negativo sobre la economía mundial, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que calcula que en el horizonte de 2060 el nivel de vida se reduciría de media en el 14%.

El impacto sería más grave para los países emergentes donde la bajada de aranceles ha sido mucho más pronunciada desde la década de los 90, indicó la OCDE. Para el grupo de los BRIICS (Brasil, Rusia, India, Indonesia, China y Sudáfrica) el descenso sería cuatro décimas por encima de la media, del 18%.

El caso de India podría ser el más afectado por el repliegue proteccionista, que podría llegar a costar al gigante del sur de Asia hasta el 25% de reducción del nivel de vida. El porcentaje de pérdidas respecto al de referencia si se mantuvieran las políticas comerciales vigentes hasta ahora también sería superior al 15% para Australia y China, y quedaría alrededor o por encima del 10% para Brasil, Chile, Indonesia, Corea del Sur, Nueva Zelanda o Suiza.

Para Estados Unidos, actual adalid internacional del proteccionismo bajo la batuta de Trump, dichas políticas también supondrían un recorte de la calidad de vida de sus ciudadanos, que se situaría entre el 6 y el 7%, dado que sus niveles arancelarios ya eran relativamente bajos en los años 1990.

Ese mismo efecto explica que el descenso en la zona euro se limitaría al 4,5%. En este caso, los países de la moneda única, además, realizan buena parte de sus intercambios comerciales entre ellos y dependen menos de las transacciones con el exterior.

Una pérdida que no contempla los efectos sobre la demanda

La OCDE destacó que estas repercusiones sólo tienen en cuenta los efectos derivados de la oferta, en particular la ralentización de las mejoras de la eficiencia laboral generadas por la competencia de las importaciones o por las menores transferencias de tecnologías y menores especializaciones productivas.

Es decir, que no contemplan las consecuencias también negativas que podrían llegar por el lado de la demanda, sobre todo en términos de pérdida de confianza e inversión entre las partes.

El conocido como el "Club de los países desarrollados" se esforzó en recordar que las investigaciones señalan que un aumento del comercio exterior de un punto de producto interior bruto (PIB) aporta, a largo plazo, un crecimiento de la renta per cápita de alrededor del 0,4%.