Japan Airlines (JAL), la mayor aerolínea de Asia, protagonizó ayer la mayor quiebra no financiera de Japón al presentar la bancarrota. Podrá continuar volando, aunque tendrá que reducir drásticamente su plantilla (formada actualmente por 45.000 personas) y disminuir su presencia internacional.

Con unas deudas de 2,32 billones de yenes (17.805 millones de euros), JAL deberá reducir en un tercio su plantilla, eliminar rutas deficitarias y bajar sus ingresos en un 30% en el 2013, año en el que espera resurgir, aunque sin su anterior pujanza. El Gobierno japonés dio ayer su apoyo a JAL para que siga operando y pidió la cooperación de los otros países.