La bolsa española mantiene e incrementa la tendencia a la baja. Ayer, el Ibex 35 sufrió un nuevo descalabro, con la mayor caída anual, del 4,6%, y se situó en el mínimo del ejercicio (7.270,5 puntos). En lo que llevamos de año, el selectivo ha perdido más de un quinto de su valor, con una depreciación acumulada del 20,94%.

El contagio de los bajones de la mayoría de plazas internacionales y la caída de los bancos tras conocerse nuevos resultados muy negativos del sector financiero fueron el acicate para las órdenes de ventas masivas. Las pérdidas del Ibex 35 están en la línea de las registradas por el Euro Stoxx o la bolsa de París, y un poco por debajo de las de Milán y Londres. Los resultados del banco británico HSBC, unidas a las pérdidas de la antaño mayor aseguradora del mundo, AIG, crearon el pánico entre los inversores que no dudaron en abandonar la renta variable. Solo faltó un mal inicio de la jornada en Wall Street para rematar el descenso en la bolsa española.

Todos los grandes valores bajaron: BBVA registró la mayor retroceso del Ibex 35, el 9,33%, mientras que Banco Santander cedió el 8,16%, la tercera mayor caída de la jornada; Iberdrola, el 7,69%, la cuarta; Repsol, el 3,93%, y Telefónica, el 1,09%.

Solo una compañía del Ibex subió, Acciona, el 0,38%, mientras que el menor descenso correspondió a Unión Fenosa, el 0,06%, seguida del ya citado de Telefónica.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajó siete centésimas, hasta situarse en el 4,2%, mientras que el efectivo negociado en el mercado continuo se situó en 2.415 millones, de los que poco más de 300 correspondían a operaciones efectuadas entre inversores institucionales.

Al margen del Ibex 35, en el mercado continuo destacó el batacazo de Sos-Cuétara: perdió el 38,5% de su valor y fue el peor título de toda la bolsa. En el reverso de la moneda se encontró Española del Zinc, que prácticamente quintuplicó el valor de su acción.