Pese a que fueron PNV y CiU los primeros en solicitar un pleno extraordinario sobre empleo, los populares terminaron haciendo lo propio. Querían, según rezaba en la petición que dirigieron al Congreso, debatir sobre el paro y conocer "las medidas que piensa adoptar el Gobierno para recuperar la capacidad" de crear puestos de trabajo. Pero la realidad es que el líder de los conservadores obvió ayer el paquete de medidas que presentó el jefe del Ejecutivo en materia económica: los españoles no tuvieron oportunidad de enterarse si a Mariano Rajoy le parecieron las propuestas de Zapatero buenas o malas o todo lo contrario. Para él, simplemente, no existen. ¿Y cuál es la alternativa para salir del hoyo? Pues, según el PP, obtener la cabeza (política) del jefe del Ejecutivo y convocar elecciones.

"Un gobernante que fracasa tiene la obligación moral de renunciar a seguir imponiendo sus errores. Un gobernante democrático sabe que, cuando se equivoca tanto como usted y con tan graves consecuencias, debe retirarse, aunque la ley no le obligue", espetó Rajoy.

TIRANDO DE GUION A priori, pudiera pensarse que el presidente del PP evitó comentar las propuestas de Zapatero por creerlas inútiles. Pero lo cierto es que Rajoy llevaba un guión escrito al Congreso y no fue capaz de improvisar, siquiera para rebatirle a Zapatero el camino legislativo que piensa seguir, en materia económica, hasta final de legislatura.

Tampoco quiso reflexionar sobre las políticas activas de empleo, "no son el tema hoy", dijo Rajoy, y gastó su tiempo en achacar directamente al presidente los cuatro millones de parados, además de tacharle de incompetente, de echarle en cara sus erróneos augurios sobre la recuperación económica y de acusarle de llevar a España a la ruina por falta de credibilidad. Eso tocó a Zapatero. En su réplica, el presidente afeó a Rajoy que se atreviera a hablar de una España ruinosa en la actual coyuntura económica.

Sin nombrar a Irlanda, Zapatero se estaba refiriendo de forma evidente a la grave crisis financiera de ese país y su posible rescate. "Ha dicho que España ha pasado a la ruina... esa afirmación es poco responsable para alguien que aspira a gobernar. No tiene derecho a llegar a la falsedad, para atacarme a mí, sobre la fortaleza de la economía española", aseveró.