Además del alza de la morosidad, el descenso de los precios de la vivienda es la gran amenaza para la solvencia de las entidades financieras. Bancos y cajas de ahorros se están quedando con muchos activos inmobiliarios que garantizaban los préstamos concedidos a particulares y promotores para evitar que entren en mora, lo que les obliga a provisionar cuantiosas cantidades ante el riesgo de impago. El problema es que estos activos están perdiendo valor, lo que deteriora su balance.

De momento, la caída oficial de los precios de la vivienda ha sido de solo el 5,4% en el 2008, pero la situación será dramática si el descenso se sitúa en entre el 30% y el 40%, como sucede en otros países con antecedentes de burbuja inmobiliaria, como Reino Unido e Irlanda. Para paliar el deterioro del balance, muchas entidades están transfiriendo los activos canjeados por deuda a sus sociedades inmobiliarias (en el cálculo del requerimiento de capital, la participación en la firma se pondera al 100% y los inmuebles en balance, al 150%).

EJECUCION DE HIPOTECAS Por otra parte, la crisis provocó que el año pasado se registraran 58.686 ejecuciones hipotecarias --que solicitan mayoritariamente las entidades bancarias--, más del doble de las planteadas el ejercicio anterior en los juzgados civiles, según datos del Consejo General del Poder Judicial.

Las ejecuciones hipotecarias se dispararon en los últimos tres meses del 2008, hasta las 21.211, frente a las 13.487 del trimestre anterior. Para el 2009, se espera un crecimiento del 43,5%, lo que arrojaría 76.463 embargos.