Para un sector tan necesitado de buenas noticias como el del automóvil, ayer fue un día grande. Pese a que hasta hace bien poco parecía sentenciada, Renault anunció ayer un nuevo plan industrial que garantizará la supervivencia de la planta de Valladolid al menos durante diez años. Y, lo que es más importante, el mantenimiento del grueso de los 4.600 empleos de las factorías de motores y de carrocería y montaje. "Hasta hace 10 días, la noche antes de la última reunión con los sindicatos, tenía bastantes dudas de que esto iba a salir bien", confesó el presidente del grupo francés, Jean Pierre Laurent, durante la presentación del plan. Prueba de su relevancia es que la compartió con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el ministro de Industria, Miguel Sebastián.

Valladolid va a lograr mantener su carga de trabajo gracias a tres nuevas adjudicaciones. Construirá un "pequeño vehículo eléctrico" a partir del 2011, un nuevo motor "muy ecológico" en el 2012, y un "pequeño coche tradicional, muy importante para mantener el empleo" en el 2013, que vendrá a sustituir al Modus.

COCHE ELECTRICO El plan supone la inversión de unos 500 millones de euros en un periodo de cuatro años, de los que 300 millones irán al coche tradicional y 70 millones, al eléctrico. Laurent no desveló la aportación del Gobierno y la Junta, pero apuntó que "en los proyectos industriales las ayudas suelen estar entre el 20 y el 25%".

La factoría, concebida para trabajar a tres turnos, produce 93.000 vehículos al año con un solo turno. La dirección prevé volver a los 100.000 vehículos en el 2013, de los que unos 20.000 serán coches eléctricos. Laurent afirmó "acompañar" a Sebastián en que el plan garantiza 10 años de vida a la planta, pero precisó que serán cinco de "tranquilidad", pues dependerá de la evolución del mercado.