El efecto aún perceptible de la burbuja inmobiliaria en los precios de la vivienda combinado con la recesión económica ha roto con un patrón establecido en el sector financiero: a largo plazo la bolsa es más rentable que la inversión en inmuebles. Esto se ha cumplido en España en los plazos de 5, 15 y 20 años. Pero no en la última década, porque el ladrillo ha arrojado una rentabilidad bruta mayor que la inversión en el Ibex 35, el referente bursátil.

El boom aún vivo del ladrillo ha coincidido con lo que los expertos ya llaman la "década perdida" de la bolsa. Las sucesivas crisis --la tecnológica, al inicio del decenio, y la subprime , al final-- han dado como resultado una pobre evolución de la renta variable, hasta el punto de que, al cierre del 2009, casi la mayoría de los indicadores de los mercados bursátiles arrojaban saldo cero o peor que en 1999.

La evolución de esas dos modalidades de inversión en los último años, sin tener en cuenta la inflación, los dividendos o los gastos e ingresos generados por una vivienda, plantea una cuestión inevitable: ¿qué es más rentable a medio y largo plazo: invertir en bolsa o en inmuebles? Los expertos no se ponen de acuerdo en la respuesta. La Fundación de las Cajas de Ahorros ha publicado un informe que estima que la estrategia financiera de las familias de concentrar su patrimonio en la vivienda, además de ser arriesgada, no es la más rentable.

Los expertos en renta variable comparten esta hipótesis: "A largo plazo, la inversión en bolsa siempre es más rentable que la inversión en inmuebles, aunque pueda haber distorsiones, en función de los periodos que se analicen", afirma Jaume Puig, director general de GVC Gaesco.

En el último número de la revista Panorama social , Funcas analiza la acumulación y distribución del patrimonio familiar entre 1994 y el 2007, un periodo situado entre dos crisis y caracterizado por un fuerte crecimiento económico. De acuerdo con el estudio del profesor de la UNED Fernando Pampillón para Funcas, dos familias que hubieran partido de igual patrimonio en 1994 y lo hubieran invertido una en vivienda y la otra en acciones, con la revalorización media obtenida en el 2007, la última habría podido optar a adquirir una vivienda similar a la de la otra y disponer además de activos financieros por un importe superior al valor del inmueble.

Agentes y especialistas del mercado inmobiliario matizan la contundencia de estas aseveraciones. Enric Reyna, presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Barcelona, declara que el pequeño inversor sigue prefiriendo el ladrillo, porque el retorno es más seguro en el inmobiliario.