Tras algún tiempo de cierta reclusión, Repsol se ha vuelto más viajero y ha intensificado su actividad de búsqueda de petróleo y gas. En el 2008 hizo 40 sondeos. Como si se tratara de un inmenso juego del tesoro, el impulso de Repsol le ha llevado a cuatro de los cinco continentes y, entre el 2015 y el 2020, tiene previsto obtener resultados en Alaska, Canadá, Noruega o Sierra Leona.

Este afán explorador está ya dando sus frutos. Repsol ha hecho el tercer mayor descubrimiento de petróleo del mundo en Brasil, y dos de los cinco más grandes de gas, en Perú y Bolivia. Pero, además, ha encontrado grandes yacimientos de petróleo en el golfo de México, y de gas en Argelia y en Brasil.

Solo en México, las primeras pruebas arrojan una columna de crudo de 100 metros y la bolsa de petróleo tiene un diámetro de 100 kilómetros. El problema es que el oro negro se encuentra a 8.000 metros por debajo del fondo del mar y hasta la plataforma hay otros 2.000 metros más de agua marina. Esto le ha obligado a Repsol a hacerse con las tecnologías más avanzadas y a firmar acuerdos con otras compañías. Además del problema tecnológico, Repsol ha tenido que realizar un importante cambio organizativo a nivel mundial. También ha sido necesario investigar en tecnologías que mejoren la imagen sísmica, los ojos que permiten ver lo que esconde el subsuelo, para lo que ha sido necesario contar con el Barcelona Super Computer de IBM y el hiperordenador que tiene la compañía en Houston cuyos procesadores, curiosamente "son similares a los de la Play Station", según comenta el director de Exploración y Producción, Nemesio Fernández Cuesta.

´INDIANA JONES´ La renovada vocación exploradora de Repsol también le ha llevado a buscar sus propios indiana jones . En cuatro años la compañía ha contratado 678 técnicos --de los que 237 son geólogos y geofísicos--, sobre una plantilla de 1.377 especialistas de 42 nacionalidades. Todo esto va a suponer una inversión de 9.300 millones de euros a pesar de que que apenas si se recupera el 40% de lo que contiene un yacimiento y, desde que se realiza el descubrimiento hasta que se puede comercializar el crudo o el gas pasan entre siete y 13 años. Pero Fernández Cuesta explica que el esfuerzo compensa, ya que estos descubrimientos permitirán aumentar las reservas de Repsol a casi dos millones de barriles. En este momento están listos para su explotación 850 millones de barriles, siete veces más que la producción del pasado 2008.