La distribución soporta todos los años un coste de 6.000 millones de euros (1 billón de pesetas) por culpa de lo que en el sector se denomina pérdida desconocida , eufemismo que esconde el fenómeno de los hurtos realizados por clientes y empleados.

Hasta ahora se sabía que el coste directo de estos pequeños y medianos robos ascendía entre 1.500 y 1.800 millones de euros anuales, el 1,53% de la facturación total del sector. Un estudio realizado por los profesores del IESE José Luis Nueno y Pedro Videla, en colaboración con Checkpoint Systems, revela que el gasto indirecto de este fenómeno (fundamentalmente en seguridad) triplica al anterior hasta llegar a 4.500 millones de euros.

El sector de la distribución no reparte estos costes de manera uniforme. Depende mucho del tamaño del comercio y de su poder frente a los proveedores o frente a los clientes.

UN FENOMENO INFLACIONISTA El estudio calcula que los bolsillos de los consumidores soportan entre el 30% y el 100% de los costes por robos --según el tipo de comercio-- aunque la media estaría en el 70%, es decir, en alrededor de 4.200 millones de euros.