El empresario Javier de la Rosa permanece recluido desde el domingo en el mismo módulo de la cárcel madrileña de Alcalá-Meco en que trabaja como ordenanza el exbanquero Mario Conde, condenado a 20 años de prisión por el caso Banesto .

Javier de la Rosa ingresó en dicho centro penitenciario de forma voluntaria y por sorpresa, ya que estaba citado ayer para notificarle que tenía que entrar en la cárcel para cumplir una condena de cinco años y medio por el caso Wardbase.

El empresario había agotado todos los recursos para evitar la ejecución de esta primera sentencia dictada por el caso KIO , en la que se le castiga por los delitos de apropiación indebida y falsedad documental. A primera hora de la mañana de ayer, su hija y abogada defensora, Gabriela de la Rosa, acudió a la Audiencia Nacional para comunicar que su padre ya había ingresado en prisión.

INCREDULIDAD JUDICIAL La sorpresa del tribunal acusador fue tan grande que el secretario del juzgado de instrucción tuvo que llamar personalmente a la cárcel de Alcalá-Meco para confirmar el encarcelamiento del que fuera principal hombre de confianza en España de la sociedad kuwaití de inversiones KIO.

La elección de esta cárcel madrileña para cumplir su condena ha hecho que De la Rosa coincida en el módulo de ingresos con el expresidente de Banesto Mario Conde. Este trabaja allí como ordenanza para acumular créditos que le ayuden a reducir su pena. El destino ha juntado en la cárcel a dos de los máximos exponentes de la cultura del pelotazo de los años 80.

De la Rosa, que con su prematuro ingreso en prisión ha evitado los focos de los medios de comunicación, fue condenado el 18 de diciembre de 2002 por desviar 11,4 millones de euros (1.900 millones de pesetas) del Grupo Torras en 1992 y abonárselos al empresario Manuel Prado y Colón de Carvajal.