Javier de la Rosa volvió ayer a ingresar en prisión. Esta vez para cumplir su primera condena, de un año y ocho meses, por un intento de estafa al grupo Kuwait Investment Office (KIO). El financiero trató hasta el último momento que el tribunal que le juzgó le concediera una prórroga de 15 días para ir a la cárcel, y la conmutación de la pena por la prisión preventiva cumplida por otras causas.

De la Rosa compareció ayer por la mañana en la Audiencia para que el tribunal le notificase si le concedía "por razones humanitarias y personales" 15 días más y la conmutación de la pena. El financiero aludió a una dolencia de su hija y la necesidad de contacto con sus abogados.

El tribunal desestimó por unanimidad los motivos de De la Rosa. La resolución que dictó relata que "no parece razonable dilatar por más tiempo el efectivo inicio del cumplimiento de la condena", pues el financiero ha tenido tiempo suficiente para "organizar su vida familiar". El auto agrega que la relación entre abogado y cliente se puede mantener desde la prisión y, "especialmente, teniendo en cuenta que el penado tiene numerosas causas en trámite y que dicho asesoramiento jurídico durará previsiblemente muchos meses o incluso años".

Los jueces tampoco admitieron la conmutación de la pena porque las causas por las que el financiero estuvo 20 meses en prisión preventiva están aún en trámite. De la Rosa ingresó por la noche en la prisión de Brians, en la provincia de Barcelona.

PETICION DE MARIO CONDE

Por otra parte, el exbanquero Mario Conde ha pedido a los tribunales un permiso de seis días al juez de vigilancia penitenciaria, sin embargo, el fiscal se ha opuesto a la concesión de esa salida.

El expresidente de Banesto tan sólo lleva cuatro meses cumpliendo condena en la cárcel después de que el Tribunal Supremo tomara la decisión de elevar su condena a un total de 18 años de cárcel el pasado mes de julio.

La fiscalía de Madrid se ha opuesto a la salida solicitada por Conde para evitar que la sociedad tenga la sensación de que existen dos tratamientos judiciales distintos, uno para el delincuente de cuello blanco y otro para el de delitos comunes. Conde, tras conocer los argumentos del fiscal, renunció a su pretensión, ya que quería disfrutar del permiso la próxima semana.