Han llegado las vacas flacas para la economía rusa. El rublo que tan solo hace cinco meses aspiraba a convertirse en una de las divisas internacionales, sigue perdiendo fuelle frente al dólar y el euro mientras el mercado especula con la posibilidad de que el Banco Central de Rusia permita su caída en picado el 31 de diciembre.

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, dijo que la cotización debe ser más "flexible". Medvedev afirmó que la moneda del país debe reflejar "la situación real de la economía".

La paulatina devaluación de la divisa local, que ha perdido el 11% frente al euro y el 6% frente al dólar desde mediados de noviembre, coincide con una recesión sin precedentes, con la parálisis del mercado de los préstamos bancarios, así como con una huida masiva de inversores extranjeros.

El rublo bajó el miércoles el 0,97% frente al dólar estadounidense y el 0,15% respecto al euro, informó el Banco Central de Rusia. Las cotizaciones oficiales de las dos monedas desde el miércoles son de 28,6119 rublos por dólar y de 39,9565 por euro. Mientras, el precio real de las dos principales divisas en los bancos comerciales rusos supera las cotizaciones oficiales por la alta demanda. En noviembre pasado, los rusos compraron 17.000 millones de dólares para salvar sus ahorros de la inminente devaluación.

FALTA DE ACCION La inacción del Banco Central ruso para contener la caída de la divisa no es una novedad para la población local. En agosto de 1998, el Gobierno dejó que el rublo cayera hasta un 71% cuando no pudo afrontar una deuda con el exterior de 30.000 millones de euros.

Lo cierto es que hasta junio pasado la economía rusa avanzaba a buen paso. En el 2007, creció a un ritmo del 8,1%, el más rápido desde 2000, y el Fondo Monetario Internacional auguraba el año pasado un crecimiento para el país en el 2008 y el 2009 hasta el 8%.

La realidad ha sido mucho más pesimista. En el tercer trimestre la economía rusa ha iniciado una recesión por primera vez en la última década y el crecimiento del PIB será bastante inferior a las previsiones, según el viceministro de Economía ruso, Andrei Klepach: "Ha comenzado una recesión y podría durar más de dos trimestres", señaló Klepach.

ALTO PRECIO DE GAS Y CRUDO Los altos precios del gas y del petróleo fueron los dos factores clave que imprimieron a la economía rusa un altísimo ritmo de crecimiento, que ha traído consigo un sustancial crecimiento del nivel de vida. Ese panorama tan optimista tenía una sola mancha: la inflación rozaba el 12% en el 2007. Sin embargo, la combinación de una impresionante caída en los precios del crudo desde los máximos de julio, la ralentización del crecimiento económico y el temor de los inversores a los mercados emergentes, vaciaron un tercio de reservas extranjeras del país.

Pero precisamente, la excesiva dependencia de los precios del petróleo es una de las principales debilidades de Rusia. Los gigantescos recursos energéticos fueron una trampa pese a los generosos ingresos que garantizaban, ya que repercutieron negativamente sobre el desarrollo socioeconómico del país.

El deterioro de la economía rusa por la incertidumbre financiera global y el desplome experimentado por los precios del petróleo ha provocado que la empresa Standard & Poor´s recortara la calificación de la deuda soberana de Rusia por primera vez desde 1998, y otras agencias mantienen a Rusia en perspectiva negativa.