El Banco Santander y Unión Fenosa se embolsaron ayer 3.211 millones de euros (2.869 millones y 441 millones, respectivamente) por la venta del 32,5% y el 5% de la petrolera Cepsa que poseían. La operación supone la salida definitiva del banco de la última gran industria de la que era accionista tras decidir centrar su actividad y esfuerzos en el negocio bancario.

Finalmente el comprador, IPIC, la compañía estatal de inversiones de Abu Dabi, se convierte en el segundo accionista de Cepsa, en cuyo capital está desde hace unos 20 años. Al 9,535% que ya poseía suma ahora el 37,5% y llega al 47,035%. Solo le supera la francesa Total, con el 48,8%. Con esta operación, la segunda petrolera del mercado español y una de las accionistas de referencia del gasoducto Medgaz pasa a estar controlada en más del 90% por compañías extranjeras.

El acuerdo con IPIC establece un precio de 33 euros por acción. IPIC supedita el pacto a que la CNMV le dispense de lanzar una opa sobre el 100% de capital a pesar de haber superado el umbral del 30%.