La filial estadounidense del Santander ha suspendido las pruebas de resistencia de la Reserva Federal (FED) por tercera año consecutivo, una posibilidad que ya daban por descontada los gestores del grupo español. La entidad presidida por Ana Botín es la segunda con una mejor posición de capital en el escenario de mayor deterioro económico hipotético que analiza el examen, pero sigue teniendo problemas de organización interna que le han llevado a ser, junto a Deutsche Bank, una de las dos instituciones de las 33 analizadas que no ha pasado el 'stress test'.

El 'Comprenhensive Capital Analysis and Review', como se llama la prueba que la FED ha realizado por sexto año para garantizar que sus bancos tengan una buena situación de solvencia, tiene dos enfoques. En el cuantitativo, se estudia cómo evolucionaría el capital en un escenario hipotético de profundo deterioro de la economía y los mercados financieros. En esas condiciones, el Santander mantendría un ratio de solvencia del 11,9%, solo superado por el 30,1% del Deutsche Bank.

En el segundo enfoque, en el que Santander viene teniendo problemas desde hace tres años, la prueba examina elementoscualitativos de gestión del riesgo, controles internos y prácticas de gobierno corporativo a partir de los cuáles los bancos planifican su nivel de capital. A consecuencia de suspender esta parte, tanto la entidad española como la alemana no podrán hacer pagos a sus matrices salvo que la Reserva Federal se lo permita.

PROGRESOS INSUFICIENTES

La Reserva Federal ha explicado que, aunque el Santander ha hecho "progresos para mejorar ciertos aspectos de su proyección de pérdidas e ingresos", sigue teniendo asuntos sin resolver que "minan" de forma importante su proceso de planificación de capital. "Las asunciones y análisis que fundamentan su plan de capital, y el proceso de adecuación del capital, no son razonables ni apropiados", ha advertido. La institución considera que el banco presenta "deficiencias" en su esquema de gestión del riesgo, en el proceso de estrés test, en los controles internos, la gobernanza y las funciones de vigilancia.

Para solventar estas deficiencias, el Santander creó hace tiempo unasociedad 'holding', como le exigió la FED, de la que colgó todas sus divisiones en el país (el banco, la entidad financiadora de consumo, la banca privada con sede en Maimi y la banca mayorista con sede en Nueva York). También cambió a su cúpula directivaen el país, contrató a 500 personas para atender los requisitos del supervisor y acordó un plan de mejora con la FED que un año después se ha demostrado insuficiente.

Pese a estos problemas, el banco ha venido afirmando que no tiene pensado abandonar el país. "Estados Unidos es un mercado central para Banco Santander", aseguró el pasado abril su consejero delegado, José Antonio Álvarez. "Seguimos invirtiendo en la franquicia bancaria norteamericana", añadió, si bien admitió que algunas carteras "pequeñas" de activos se han puesto a la venta para mejorar la situación de la filial.