La dirección de Seat recibió ayer vía libre por parte de la Generalitat de Cataluña para llevar a cabo el segundo expediente de regulación de empleo (ERE) desde noviembre pasado para hacer frente a un descenso de las ventas que ha puesto al sector del automóvil con el agua al cuello. A partir del 2 de febrero, Seat podrá iniciar la suspensión de un máximo de 5.295 contratos durante los días en que prevé parar la cadena de montaje de Martorell y el taller de estampación de chapa de la Zona Franca para recortar la producción en 38.540 coches.

La Generalitat considera que las causas productivas alegadas por Seat para adaptar la producción al descenso de las ventas de los últimos meses "justifican la adopción de esta medida". La línea de montaje más afectada será la del nuevo Ibiza, que a pesar de que se empezó a vender en el 2008 dejará de trabajar 29 días hasta final de junio con el objetivo de reducir la producción en 23.200 vehículos. Cada día de inactividad, Seat enviará a casa a 2.045 operarios, que cobrarán el 80% del sueldo: la prestación de desempleo más un complemento.

En la línea de los modelos Altea, León y Toledo, la filial de Volkswagen prevé 23 días de inactividad, en los que se dejarán de fabricar 13.800 coches, que afectarán a 1.835 obreros. La producción de los modelos antiguos del Córdoba e Ibiza y el nuevo Exeo se parará durante siete días, lo que supone 1.540 vehículos menos, y dejará sin empleo temporalmente a 1.415 empleados.