Consciente de que la subida de la luz es un tema "que levanta pasiones", el ministro de Industria, Miguel Sebastián, convocó ayer de manera urgente una rueda de prensa para dar la cara por la decisión del Gobierno de subir el 9,8% el recibo de la luz a partir de enero. Se trata de la mayor subida en la serie histórica, que nace en 1984. Y si además se tienen en cuenta los impuestos, la subida real rozará el 12% (el 11,9%), según cálculos que ha elaborado la organización de consumidores Facua.

Sebastián no pudo garantizar que no habrá más subidas en el 2011. "No depende de nosotros", dijo, sino de la evolución de los precios del petróleo y de las materias primas energéticas. Tan solo pudo afirmar: "El Gobierno está trabajando para que esta sea la última subida del año, pero no lo puede comprometer".

POCO MAS QUE UN CAFE Lo que sí intentó el ministro es minimizar el impacto de la subida. Supondrá "unos 1,7 euros por persona al mes, poco más que un café", dijo tomando como base que el efecto medio estimado por hogar es de 3,5 euros. La comparación irritó aun más a las organizaciones de consumidores, cuyos cálculos elevan al doble el impacto.

"A ningún Gobierno le gusta subir la luz", admitió. Pero la decisión se ha adoptado, añadió, "por necesidad, por responsabilidad y sin olvidar a los más desfavorecidos, los más vulnerables". Sebastián dijo que España "es el único país de Europa que tienen un bono social" que garantiza una tarifa menor a determinados colectivos (hasta el 2013). Y desmintió que España sea el país con la energía más cara. Según dijo, Alemania, Dinamarca, Italia y Suecia están por encima.

El ministro tuvo mucho cuidado de no echar la culpa de tan fuerte subida del recibo a los gobiernos del PP, algo que sí volvieron a hacer ayer el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, y el secretario de organización del PSOE, Marcelino Iglesias. Estos atribuyeron la deuda de los consumidores con las eléctricas (el llamado déficit de tarifa) a las populistas bajadas del recibo en la época de Aznar, a lo que Javier Arenas (PP) respondió afirmando que "el Gobierno está friendo a los españoles con más impuestos, con subidas de precios y con recortes sociales".

Tales acusaciones parecen haber dinamitado los puentes entre Gobierno y PP para lograr el pacto sobre el modelo energético. "¿Alguien cree que es posible un pacto político entre este Gobierno socialista y el PP después de lo que están diciendo?", preguntó el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro. El diputado presentó un elocuente gráfico, con datos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) que muestran que, de los 25.535 millones de déficit tarifario, solo 1.500 fueron con el PP. "Exigimos al Gobierno que diga la verdad" dijo Montoro, quien desveló que había hablado personalmente con el ministro para pedirle explicaciones por los ataques. "No tiene sentido ahora el debate sobre quién es el responsable", dijo Sebastián. "Lo importante es solucionar una situación que no es sostenible y es heredada", añadió.

"ORDEN Y RACIONALIDAD" El ministro tampoco quiso precisar si esa "herencia" provenía de sus antecesores socialistas en el cargo, José Montilla y Joan Clos. Solo se limitó a defender su gestión. "Desde este equipo, que está al frente del ministerio desde el 2008, hemos puesto cierto orden y racionalidad a las renovables", dijo en alusión al recorte de ayudas que se financian con cargo al recibo.

Además, recordó las medidas que acaba de adoptar el Gobierno para que las eléctricas asuman 4.600 millones en tres años del esfuerzo total que deberán asumir los consumidores para que el déficit de tarifa desaparezca en el 2013. El decreto se votará en enero en el Congreso.