La reunión entre los países europeos con plantas de Opel celebrada hoy en Berlín no logró arrojar nueva luz sobre la operación de venta a Magna, decisión que el jueves pasado tomó a todos por sorpresa, y cuya celeridad, a pocas semanas de las elecciones alemanas, causó malestar en diversas capitales.

El encuentro, al que además de todos los países con fábricas de Opel, participaron representantes de la Comisión Europea, había sido convocado por Alemania para pedir cooperación en el paquete de créditos y avales de 4.500 millones de euros a los que se ha comprometido Berlín para salvar Opel. Antes de entrar en la reunión, en la que únicamente se acordó que Berlín pedirá a Magna que precise su plan financiero y de viabilidad, el ministro español de Industria, Miguel Sebastián, criticó la política de información de los últimos días.

"Falta ahora mismo información por parte de Magna. Ha habido una decisión que nos ha parecido sorprendente porque General Motors nunca vio la opción de Magna como la mejor opción", dijo Sebastián. Subrayó que el Gobierno español y el aragonés todavía no conocen "los detalles del acuerdo ni la opción industrial de Magna", y añadió que "cuanto más conocemos la opción de Magna menos nos gusta".

Las críticas se dirigieron también indirectamente contra el gobierno de Angela Merkel, pues la reunión ha sido convocada oficialmente para hablar sobre las ayudas financieras que cada país aportara a "New Opel", y no sobre el plan en sí. "Cuando uno va a un restaurante primero mira el menú, luego come y luego paga la factura. Hoy nos han convocado para pagar la factura y todavía no hemos visto el menú", dijo el ministro ante periodistas.

Sebastián hizo hincapié en que España confía en que Opel tiene un "futuro brillante", pero únicamente si todos los implicados trabajan juntos en la solución de los problemas. Tanto Sebastián, como la secretaria general de Industria, Teresa Santero, y el consejero de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, también presentes en la reunión, comentaron que para España el problema del plan de Magna no se reduce al desmantelamiento de empleo que pueda implicar.

Uno de los problemas fundamentales es la falta de claridad respecto al futuro de la producción de la planta de Figueruelas (Zaragoza), de donde en principio desaparecería el montaje del Corsa de tres puertas. Los planes de Magna -por lo que se conoce hasta ahora- contemplan trasladar la producción de este modelo -el de cinco puertas permanecería en Figueruelas- a Eisenach, algo que, según Alaiga, no se entiende habida cuenta de que los costes de producción de la planta alemana son superiores.

Santero explicó que, en la reunión, España dejó claro que mientras no haya una información completo sobre el plan, "no se puede adoptar un compromiso financiero". El gobierno alemán se comprometió a un calendario de información por entregas, que prevé un primer informe para el 21 de septiembre, y el último para el 7 de octubre, es decir después de la elecciones generales en Alemania, que para muchos ha sido el detonante de la decisión tan prematura.

Magna confirmó ayer que su plan prevé el recorte de 10.500 puestos de los en torno a 50.000 empleos que hay en toda Europa, de los que unos 4.000 recaerían sobre Alemania. La planta de Figueruelas (Zaragoza) vería reducida su plantilla de actualmente 7.500 en 1.642 puestos. El país más afectado sería Bélgica, que debería encajar el cierre de su planta en Amberes.

El acuerdo de venta de Opel a Magna fue anunciado la semana pasada por General Motors, que mantendrá el 35 por ciento del capital tras la venta del 55 al citado consorcio y el diez por ciento restante estará en manos de la plantilla. La reunión se produce en un momento de tensión de los países europeos con plantas -España, Bélgica, Reino Unido y Polonia- por considerar que la operación con Magna beneficia demasiado los intereses alemanes.

A ello se añade el escepticismo de que entrar en un negocio con Rusia no sólo pueda constituir un traspaso de tecnología sino también una continua inyección de fondos. La secretaria general española de Industria dejó hoy nuevamente claro que la operación de venta todavía no ha concluido y que, siendo así las cosas, todas las opciones siguen estando sobre la mesa. "La venta no está cerrada", dijo.