En la relación entre Magna y el Gobierno español "la música empieza a sonar bien". Esa es la metáfora que empleó ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián, para resumir su encuentro en Berlín con la nueva propietaria de la factoría de Opel en Zaragoza, una empresa austro-canadiense representada por su consejero delegado, Siegfried Wolf. Aunque Sebastián aseguró que aún existe "una distancia", también reconoció que hay voluntad de ambas partes por superarla.

Según el ministro, Magna reconoció que hubo un problema de comunicación sobre sus planes para la nueva Opel: "Se ha instaurado la idea de que iba a haber un traspaso de producción, de capacidad, desde España y el Reino Unido hacia Alemania y ahora ellos quieren convencernos de que eso no es así y de que en su plan hay lugar tanto para las plantas alemanas como para la española y otras plantas europeas", aseguró Sebastián.

REUNION EN MADRID Para "convencerles", ambas partes fijaron ayer una reunión para el próximo día 13 en Madrid. A ella asistirá la cúpula de Magna, los sindicatos y representantes del Ejecutivo central y del aragonés. Será entonces cuando "Magna aclare cuál es la letra de la melodía". Es decir, cuál es el plan industrial del fabricante de componentes y en qué medida se ajusta a los deseos de la parte española. "De lo que nos tiene que convencer Magna es de que se mantendrán dos líneas de producción y de que habrá una capacidad suficiente que nos garantice que a 5 o a 10 años vista la planta seguirá abierta y con un nivel de producción suficiente para hablar de que Figueruelas es una de las plantas más importantes en el proyecto europeo de Opel", dijo Sebastián.

La propuesta presentada el lunes al comité de empresa fue reducir los despidos previstos de 1.700 a 1.350 y mantener la producción del Opel Corsa de cinco puertas en Zaragoza. La contrapartida fue llevarse el tres puertas al centro alemán de Eisenach y reducir la producción de Figueruelas a una sola línea a partir del año 2011.

Con su reunión ayer con Wolf, Sebastián se saltó la tácita mediación del Gobierno alemán con Magna. Ayer no asistió a la reunión convocada por el Ministerio de Economía alemán para discutir el plan de ayudas financieras, aunque sin cargar contra los alemanes. "Seguimos dispuestos a hablar con el Gobierno alemán de ayudas financieras, pero consideramos que el plan industrial debe quedar claro antes. Por eso hemos decidido llevar este asunto con quien corresponde, que es directamente con Magna", dijo Sebastián tras un encuentro bilateral con el ministro de Economía alemán, Karl-Theodor zu Guttenberg, del que no trascendió información.

PROYECTO COMPETITIVO Según el político español, en Magna comparten el deseo de que la nueva Opel sea un proyecto competitivo, a largo plazo y --ante todo-- "un proyecto europeo que incluya a todos en igualdad de condiciones y no a un solo país". Una afirmación que contrasta con las insinuaciones sobre la intención de Magna de favorecer a fábricas alemanas para asegurarse las ayudas financieras ofrecidas por el Gobierno germano. "No tenemos motivos para creer que tras los planes de Magna haya un componente de interés político. Si hubiera indicios de ello, la Comisión Europea actuaría evidentemente para corregir esa situación", sentenció.