Los directivos de PSA Peugeot-Citroën y de Renault se comprometieron ayer a no cerrar ninguna fábrica en Francia, a hacer "todo lo posible" para no despedir empleados, a renunciar al importe de sus bonus (remuneración variable) y a moderar los dividendos. A cambio, el Estado concederá a las dos empresas un préstamo a cinco años y a un interés del 6% por un importe total de 6.500 millones.

El acuerdo se firmó en una reunión celebrada en el Elíseo después de semanas de negociaciones, en las que el grupo PSA, de capital totalmente privado, ofreció la mayor resistencia. Renault, que cuenta con un 15% de participación del Estado, está más endeudada: 5.400 millones de euros a finales del 2008, según el banco Credit Suisse.

El compromiso de no deslocalizar ninguna planta tiene una duración de cinco años, los mismos que el préstamo. Las otras contrapartidas no son tan explícitas. Los directivos aceptan renunciar a los bonus durante este año, dados los malos resultados del 2008; pero no queda claro que lo hagan en ejercicios próximos. En su reciente entrevista en la televisión, el presidente Sarkozy se mostró partidario de recomendar moderación en este aspecto, pero no de fijar un tope de remuneraciones, como ha hecho su homólogo de EEUU, Barack Obama.

COCHE LIMPIO Del mismo modo, el presidente de PSA, Christian Streiff, manifestó a la salida de la reunión que su grupo garantiza el mantenimiento del empleo únicamente durante el 2009. El acuerdo prevé aumentar la indemnización en las regulaciones de empleo temporales a cambio de conservar los puestos de trabajo. En cuanto al reparto de dividendos, un comunicado de PSA indicaba ayer que el grupo dedicará "de manera prioritaria sus resultados al aumento de los fondos propios y a la inversión a fin de mantener su desarrollo". Es decir, acepta disminuir el reparto de dividendos, pero sin más concreciones.

El importe del préstamo --3.000 millones de euros para cada empresa-- será destinado sobre todo al desarrollo de los vehículos "limpios" que economicen energía, entre los que figura el coche eléctrico. Los 500 millones restantes son para Renault Trucks, filial de Volvo. El tipo de interés, fijado finalmente en el 6%, no colma las aspiraciones del presidente de Renault, Carlos Ghosn, que quería entre el 4% y el 5%, y dará beneficios al Estado, para el cual el coste del dinero ronda el 4%.

La industria del automóvil ocupa en Francia a 2,5 millones de personas entre empleos directos e indirectos, lo que representa el 10% de la población activa. La producción de coches ha disminuido en seis años en un millón, de los 3.700.000 del 2002 a los 2.700.000 del 2008.