El sector gasista español está convencido de que tiene capacidad para jugar un papel clave en el urgentemente necesario fortalecimiento de la seguridad del suministro de gas de la Unión Europea. Por ello, ha propuesto acelerar las interconexiones transfronterizas para aumentar su capacidad exportadora y contribuir a garantizar el aprovisionamiento del continente.

"Ante la situación con Rusia, no tenemos ningún problema, porque no recibimos ni hemos recibido nunca su gas, pero somos parte de la solución", argumenta Javier González Juliá, director general de operación y gestión técnica de Enagás. El directivo de la firma encargada de gestionar el sistema gasista calcula que España podría estar suministrando 1,5 millones de metros cúbicos a la hora si la conexión con Francia fuera mejor.

Los dos países están construyendo un gasoducto que multiplicará por cuatro la actual capacidad de interconexión. "Nos dará más seguridad, pero también daríamos más seguridad al resto", apunta González Juliá.

AISLAMIENTO El plan era ponerlo en marcha en el 2013, pero la parte francesa está muy retrasada. Una muestra más de la falta de voluntad política francesa para fomentar las conexiones, que ha convertido a España en una isla energética. Este aislamiento es un problema en el caso eléctrico, pero no así en el del gas.

España es uno de los países europeos con un abastecimiento gasista más diversificado. Al contrario que buena parte de los socios comunitarios del Este, que dependen básicamente del gas ruso, el mercado español obtiene su suministro de más de una docena distinta de orígenes. De hecho, Argelia, que es el principal proveedor, solo aportó el 36% del total recibido entre enero y noviembre del 2008.

La gran ventaja del sistema es que el 72% del gas llega en estado líquido a través de buques metaneros. Esta opción disminuye el riesgo de estar expuestos a una sola fuente, permite compensar las zonas en casos de conflicto, y facilita casar oferta y demanda de forma más flexible.

Así, el año pasado se recibió suministro desde países como Nigeria (20% del gas total), Qatar (12%), Egipto (12%), Trinidad y Tobago (11%), Omán (2%), Noruega (1,8%) o Libia (1%). Cada año, llegan más de 400 barcos con gas. Tras Japón y EEUU, España es el tercer país del mundo con más regasificadoras (seis), instalaciones que pasan el combustible de estado líquido a gaseoso y lo conectan a la red.

Este esquema tan diversificado variará cuando se ponga en marcha el gasoducto Medgaz, que unirá Argelia con la costa de Almería. La cuota de mercado del país magrebí aumentará, pero quedará "claramente por debajo" del máximo legal del 60%, según la patronal Sedigas.