La reforma laboral ha eclipsado otra negociación de calado. José Luis Rodríguez Zapatero ya ha dicho que el sistema de pensiones será la siguiente reforma que acometerá el Gobierno. Después de lanzar el órdago del retraso de la jubilación de 65 a 67 años, han aparecido otras propuestas sobre la mesa del Pacto de Toledo que toman a Alemania como referente.

Se trata de la posibilidad de emular el modelo alemán de pensiones privadas, que ha logrado un gran desarrollo desde su implantación en el 2002, con un total de 13,2 millones de trabajadores que dedican una parte de su sueldo a planes a través de las empresas.

La CEOE ha planteado como referencia el ensayo de sistema mixto de pensiones de Alemania, cuyo modelo de reducción de jornada alternativo a los despidos (Kurzarbeit) acaba de inspirar la reforma laboral española. La patronal ha trasladado su propuesta a los negociadores de los grupos políticos, que hoy se reunirán en la comisión del Pacto de Toledo para interrogar al ministro de Trabajo sobre la congelación de pensiones.

Sin coste empresarial

En el 2001, el ministro de Trabajo alemán Walter Riester dio nombre al nuevo sistema (Riesterrente), enmarcado en una profunda reforma de la Seguridad Social que rebajó la pensión pública y retrasó progresivamente la edad de jubilación de 65 a 67 años. A cambio, Riester diseñó una fórmula subvencionada para que los empleados puedan destinar hasta un 4% de su sueldo, con una exención transitoria de impuestos y de cotización a la Seguridad Social, para complementar unas pensiones públicas que se irán recortando. En el mejor de los casos, los jubilados alemanes aspiran a cobrar una pensión pública del 53% del último sueldo bruto, una cifra muy alejada, por ejemplo, del 90% de España.

El hecho de que el sistema alemán no suponga un coste adicional para la empresa es fundamental para explicar el éxito de la fórmula, según Fernando Moreno, exdirector de Relaciones Laborales de la patronal CEOE. A su juicio, "no se puede concebir esta medida de forma aislada, sino dentro de una reforma más global y equilibrada de la Seguridad Social". Los representantes políticos en el Pacto de Toledo tienen la "suficiente madurez --añade-- para negociar una medida como esta sin rasgarse las vestiduras", aunque cree que requeriría un debate previo.

La ministra de Trabajo de Alemania, Ursula Von der Leyen, destacó en el último balance que "los alemanes tienen una disposición muy responsable para planificar su vejez incluso en crisis". Solo en el 2009, la cifra de cotizantes se incrementó en 1,1 millones, hasta llegar a 13,2, y el techo está lejos, según la ministra. Las ayudas anuales de 154 euros por empleado y de 185 por hijo para sufragar las aportaciones a la pensión privada han disparado la cifra de beneficiarios. El Gobierno ha gastado 6.418 millones en apoyar el sistema complementario.

Además de este sistema, Alemania cuenta con los planes de pensiones pagados por las empresas, similares a los de España. Unos 18 millones de trabajadores cuentan con estas pólizas de seguro. Pero no todo son ventajas. Para Jordi Giménez, responsable de planes de pensiones de CCOO, un sistema como el Riesterrente puede dañar la salud de la Seguridad Social si reduce las aportaciones en forma de cotizaciones o bien mermar los salarios, algo complicado en categorías con sueldos bajos.

Para Eusebi Colàs, profesor de la Universidad Pompeu Fabra, el sistema de Riester fue útil para paliar el recorte de la pensión pública. Para conseguir ese fin, el Gobierno subvenciona las aportaciones de los trabajadores que tienen menos ingresos, lo que considera lo más interesante de la medida.

Las mujeres, peor

Sin embargo, el principal beneficiario de esta reforma son las compañías, puesto que "los trabajadores asumen su parte de protección, lo que supone un abandono de la histórica financiación paritaria del seguro legal de pensiones entre trabajadores y empresarios". Las mujeres son las peor paradas porque han de aportar un 15% debido a su mayor expectativa de vida, al margen de los empleados con ingresos bajos y que no se puedan permitir destinar una parte a su pensión privada.