La mayoría de los empleados de la banca, un 63% en todo el Estado, alargaron la jornada de forma sistemática de enero a septiembre, con lo que el promedio del tiempo de trabajo fue de 47 horas semanales, según denunciaron CCOO, UGT y CGT. El problema se agrava porque las empresas no suelen pagar las horas extras ni cotizar a la Seguridad Social. Los 22,6 millones de horas extras contabilizadas en 9 meses equivalen a un refuerzo de 9.335 trabajadores, el 10% del empleo total en la banca. El fraude a la Seguridad Social denunciado por los sindicatos se produjo la víspera de una nueva protesta que pretende desencallar la negociación del convenio colectivo de la banca.