Ayer fue un día de ausencias en Madrid. Ni el presidente de Endesa, Manuel Pizarro; ni el de Repsol y vicepresidente de Gas Natural, Antoni Brufau, se presentaron en el Foro Latibex, que cada año convoca a los líderes de las empresas españolas en Latinoamérica. Después, el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, excusó su presencia en el almuerzo posterior.

Todos tenían disculpa. Los colaboradores de Pizarro recordaron que su presidente prometió no sentarse nunca en la misma mesa que su examigo Iñigo Oriol, presidente de Iberdrola, la eléctrica que pactó con Gas Natural la compra de activos si prospera la OPA. Por parte de Brufau, el motivo fue un cambio del vuelo desde Buenos Aires, porque tenía una reunión con un ministro argentino. Para disculpar a Conthe, los organizadores de Latibex apelaron "al lío" con la cotización de Endesa. Una lástima. Los fotógrafos se quedaron sin tres de los protagonistas heridos por la OPA de Gas Natural a Endesa: Pizarro, la víctima ; Brufau, el muñidor; y Conthe, el celoso regulador.

Los lodos del boicot

Pocas veces una oferta ha levantado tal polvareda. Se lanzó el 5 de septiembre y el Estatuto se aprobó en el Parlamento catalán 25 días después. Desde entonces, el "semen" al que aludió Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, se ha convertido en semilla de la discordia.

El PP tuvo claro que la OPA era contra uno de los suyos, Manuel Pizarro, amigo de Aznar y de Rato. Como lo son el presidente del BBVA, Francisco González --superviviente del ataque de Sacyr-Vallehermoso-- y César Alierta, presidente de Telefónica. Eduardo Zaplana, primero, y Mariano Rajoy, después, no dudaron en mezclar la OPA con el Estatuto. Con aquellos polvos, arreciaron los lodos del boicot a los productos catalanes y las declaraciones de Esperanza Aguirre (Cataluña es "otra nación") sobre el traslado a Barcelona de Endesa.

Ahora, la prensa madrileña afín al PP asedia al ministro de Industria, José Montilla, relacionando la condonación de los intereses de un crédito de La Caixa al PSC con el supuesto apoyo del ministro a la operación. No es el único. Ayer mismo se divulgaba el último rumor en una pregunta periodística al vicepresidente Pedro Solbes: "¿Comparte las dudas que tiene el Ministerio de Industria sobre la imparcialidad del gobernador del Banco de España (Jaime Caruana) por su amistad con el presidente de Endesa?". Supuestamente, la campaña contra Montilla ha sido articulada, en parte, según la chismografía, por el gobernador.

El otro campo de batalla ha sido Bruselas. En los dos meses que la OPA ha estado paralizada en la Comisión, diputados europeos del PP han "departido" con la comisaria de la Competencia, Neelie Kroes. Se ha publicado que Aznar ha hablado con Durao Barroso, presidente del gobierno de la UE. Ahora, las acusaciones han cambiado. Nuevas versiones afirman que las presiones han corrido a cargo del socialista Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos, y del vicepresidente Pedro Solbes. Y el prestigio de los reguladores y supervisores, desde la CNMV, a la Comisión de la Energía o Competencia, se ha puesto en entredicho.