No hay mal que por bien no venga. La sequía que tanto preocupa en todo el país va a traer una cosecha de vino menos copiosa pero de una mayor calidad. Los viticultores temen que la producción se vea reducida este año en un 20%, mientras que los bodegueros se frotan las manos ante la buena graduación que presenta la uva.

El Ministerio de Agricultura prevé que se recojan un poco más de 43 millones de toneladas de uva frente a los 50 millones del año pasado, lo que supondría un descenso del 14%. Los agricultores son más pesimistas y esperan que la producción apenas supere los 40 millones de toneladas. Para justificarlo, fuentes de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) precisan que en algunas zonas de secano la merma podría llegar al 50%.

La caída de la cosecha se verá compensada con una mayor calidad del vino. La escasez de lluvias ha provocado que la cepa desarrolle granos de uva más pequeños, lo que repercute en la mayor graduación alcohólica del fruto. "La humedad excesiva afecta negativamente a los grados de la uva", explican en Asaja.

Estas buenas perspectivas conducen a sostener que la cosecha de Rioja 2005 "estará a la altura de la del 2001, que fue una de las tres mejores de los últimos 15 años", según explica el portavoz de la marca riojana, Javier Pascual.

MANO DE OBRA Otra de las características de esta campaña es la dificultad para encontrar mano de obra. El problema es grave en Extremadura, donde se quejan de las trabas burocráticas para contratar extranjeros en una vendimia cuya fecha de comienzo se está adelantando en toda España por la sequía.