El grupo siderúrgico canadiense Alcan, que lanzó ayer una OPA hostil de casi 3.400 millones de euros (unos 3.860 millones de dólares) sobre el francés Pechiney (que ha perdido 50 millones de euros), dijo que no quiere reducir empleos ni cerrar instalaciones de producción en Francia más allá de la reestructuración ya prevista por la empresa gala.

"No prevemos otros cambios de efectivos y lugares de producción que los previstos por Pechiney en el marco de su reestructuración", que "nos bastan", afirmó el presidente de Alcan, Travis Engen, en una reunión con analistas financieros.