El consorcio alemán Siemens decidió ayer encomendar la presidencia del grupo al austriaco Peter Löscher, de 49 años, un ejecutivo externo del sector farmacéutico. Se trata de una medida inhabitual en la compañía, pero que está dirigida a mostrar la voluntad de erradicar la imagen de corrupción que se cierne sobre el grupo. El nuevo directivo tiene la difícil tarea de reconducir una nave con acusaciones de soborno.

Löscher era hasta ahora presidente de Global Human Health en la empresa farmacéutica estadounidense Merk & Co., y su futura gestión es todo un misterio, ya que carece de experiencia en dirigir un gigante como Siemens. El ejecutivo calificó como "un alto honor" haber sido elegido para el cargo, "una responsabilidad de primera importancia en un consorcio internacional con tecnología de punta". El presidente del consejo de vigilancia de Siemens, Gerhard Cromme, calificó al nuevo directivo como "un ejecutivo de extrema personalidad". También los sindicatos aplaudieron su designación.

PLANTILLA SIN CAMBIOS El vicepresidente del consejo de vigilancia y vicepresidente del poderoso sindicato IG Metall, Berhold Huber, dijo que "los trabajadores han conversado de forma intensa con Löscher durante los últimos dos días y consideran que está en condiciones de sacar a Siemens de la crisis".

Según Huber, "Löscher prometió también que no haría cambios drásticos en la plantilla ni en Alemania ni en otros lugares" donde tiene actividades el consorcio alemán. El nuevo directivo de Siemens asumirá el cargo el 1 de julio y reemplazará como presidente de la junta directiva a Klaus Kleinfeld, de 49 años, quien renunció después de distanciarse del presidente del consejo de vigilancia y asesor de la canciller Angela Merkel, Heinrich von Pierer, de 66 años. Los dos ejecutivos perdieron sus cargos cuando diversas investigaciones revelaron que los casos de corrupción en la compañía se realizaron con la aprobación de altos cargos de Siemens.