Después de las subidas históricas del lunes, las bolsas vivieron ayer una sesión que fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba la jornada, si bien las subidas fueron considerables. Era lógico que los inversores optaran por realizar ganancias después de las pérdidas acumuladas. La cautela aún predomina, como era de esperar, sobre las decisiones más arriesgadas.

En todo caso, el Ibex 35 siguió en terreno positivo por segundo día consecutivo, con un avance del 2,7%, hasta cerrar en los 10.224,50 puntos. Y eso en una sesión en la que el índice llegó a ganar hasta el 6%. Después empezaron a producirse las cristalizaciones de beneficios. Los planes de apoyo al sistema financiero han resultado ser un auténtico bálsamo, al menos hasta ahora.

En los parquets españoles el protagonista de la jornada fue el Banco Santander, que llegó a un acuerdo para alcanzar el 100% del estadounidense Sovereign mediante una ampliación de capital. Pero los títulos del banco, presidido por Emilio Botín, no fueron los que más ganaron, y limitaron su subida al 0,88%. Entre los grandes valores del Ibex, destacó precisamente su gran competidor, el BBVA, que registró un repunte del 6,12%. Le siguieron Telefónica, con una ganancia del 4,1%; Iberdrola, con el 4,24%; y Repsol, con un incremento del 3,23%.

Otro de los protagonistas del día fue Sacyr Vallehermoso, que se despeñó el 7,57%, en una evolución que fue totalmente a contracorriente del mercado. En el apartado de pérdidas, Inditex cedió el 6,47% por toma de beneficios, seguido de OHL (-2,86%) y Telecinco (-2,66%).

Fuera del principal indicador bursátil, Urbas volvió a liderar los avances de la bolsa española, con una subida del 46,7%. Afirma y Dermoestética escalaron más del 10%. En el polo opuesto, Vueling perdió el 7,92% y se convirtió en el peor valor de la renta variable nacional. En el resto de Europa, los principales indicadores cerraron con alzas similares al Ibex 35.