Sindicatos y organizaciones agrarias acordaron ayer retomar las negociaciones para el segundo convenio extremeño del campo, rotas hace tres semanas a raíz de unas declaraciones del secretario regional de CCOO, Julián Carretero, donde afirmaba que las ayudas debían ir al desarrollo rural y no a los cultivos. En la reunión de ayer, UGT y CCOO de una parte, y Asaja, UPA, Apag y Coag de otra, llegaron al acuerdo de recuperar el diálogo tras suscribir un texto en el que se apoya la necesidad de mantener las ayudas agrarias.

De este modo, agricultores y sindicatos se encuentran ya perfilando los distintos aspectos del convenio, que podría firmarse el próximo día 11, y que afectaría a unos 60.000 trabajadores agrarios.

En un comunicado conjunto, ambas partes resaltan que ha primado la responsabilidad de los implicados para dejar de lado las diferencias y tratar de normalizar el diálogo dada la importancia de un acuerdo en un sector tan relevante para la economía regional.

Sin embargo, no han tardado en surgir nuevas discrepancias. Horas después de anunciarse el desbloqueo de la negociación, Asaja ha manifestado su rechazo a que el convenio recoja una subida salarial por encima del IPC, subida que rondaría el 3%. Desde Asaja se ha señalado que esta subida es "totalmente inaceptable" toda vez que el sector agrario de Extremadura se encuentra en una difícil situación, con lo que el principio de acuerdo alcanzado por el resto de organizaciones presentes en la mesa negociadora no es asumible.

En todo caso, Asaja aceptaría una subida similar al IPC (2,4%). De cualquier manera, desde esta organización se advierte de que el hecho de que no firmen el acuerdo no será un obstáculo.