El anuncio de la reforma de las pensiones para antes del verano realizado por el presidente Jacques Chirac ha provocado una desacostumbrada reacción de unidad por parte de los sindicatos franceses. Las siete principales centrales están dispuestas a mostrar su fortaleza el próximo 1 de febrero en una jornada de manifestaciones por todo el país, con las que pretenden lanzar un mensaje de advertencia al Gobierno.

Los sindicatos franceses consensuaron ayer un texto que servirá de plataforma única desde la que abordar cualquier negociación con el Ejecutivo francés. El documento consta de siete reivindicaciones "irrenunciables" que van desde la preservación del actual sistema de reparto y la garantía del nivel adquisitivo de las pensiones, hasta el mantenimiento de los 60 años como edad de jubilación, con la posibilidad de dejar de trabajar antes si se han cotizado 40 años.

ESTRATEGIA PARA NEGOCIAR

Temerosos de que el Gobierno opte finalmente por la vía de los hechos consumados, los sindicatos se movilizarán para obligar al Ejecutivo a negociar. Chirac afirmó que primará el régimen de reparto frente al de capitalización, porque es "un pacto entre las generaciones". Pero el presidente francés señaló que debe existir un "mecanismo de apoyo" privado que complemente el actual sistema de pensiones. Chirac también se comprometió a mantener la edad de jubilación de los 60 años, aunque matizó que es necesario "dar la posibilidad, a los que lo deseen, de trabajar más tiempo".

La ambigüedad del presidente francés sobre las medidas concretas de reforma que va a implantar en el país contrastó con su rotundidad sobre dos cuestiones claves: poner fin a las prejubilaciones y establecer la igualdad entre los regímenes de jubilación del sector público y del privado. Los funcionarios pueden conseguir el 100% de pensión con 37 años y medio cotizados, frente a los 40 años que se exige al trabajador privado. Este último punto es objeto de divergencia entre los sindicatos.

Diálogo y concertación son las consignas de Chirac para afrontar la espinosa reforma de las pensiones e intentar conjurar errores como los que provocaron la caída del Gobierno de Alain Juppé en 1996.

La ronda de negociaciones comenzará por las fuerzas políticas y será precisamente el conservador Alain Juppé el primero en reunirse con el ministro de Asuntos Sociales, Fran§ois Fillon, al que se ha encomendado pilotar la reforma.