Los sindicatos cargaron ayer con dureza contra las propuestas laborales del Banco de España y la CEOE. Pese a que el Gobierno ya ha afirmado en público que no piensa aplicarlas, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, exigió al Ejecutivo y al Parlamento que den "garantías" de que van a desoír las medidas propuestas por el supervisor y la patronal. De lo contrario, advirtió su homólogo en CCOO, Ignacio Fernández Toxo, se generará un "grave conflicto social".

Las críticas más feroces fueron para el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez. "Hay gente e instituciones muy poderosas que quieren aprovechar aquello de que nunca hay que desaprovechar una buena crisis para sacar adelante algunas de las propuestas que llevan años defendiendo, y que ahora, con más de cuatro millones de parados, están intentando chantajear a la sociedad española con propuestas que agravarían aún más la situación", clamó Méndez desde Mérida.

Frente a las advertencias de Fernández Ordóñez, el líder sindical defendió que el sistema público de pensiones está en una "situación de fortaleza que no tiene precedentes". Por contra, apuntó, los fondos privados de capitalización han perdido el 20% de su valor.

Al igual que Méndez, Toxo criticó el contrato con ocho días de indemnización por despido por el que aboga la CEOE. "Lo que pretenden es que se produzca una transferencia de rentas muy importante de la labor de los trabajadores para mantener el excedente empresarial", aseveró. El líder de CCOO también rechazó bajar impuestos para combatir la crisis. Esa medida, apuntó, reduciría los recursos públicos, cuando lo que hace falta es un "plan de choque" para reactivar la economía vía mayor gasto público. "España tiene hoy un colchón de posibilidades de endeudamiento", alegó.

Los dos sindicalistas apostaron por el diálogo social, pero con matices. Méndez se negó a impulsar una reforma laboral y apostó, en cambio, porque este foro sirva para cambiar el modelo productivo del país.