Las reticencias han existido desde el principio de la crisis de la deuda griega, pero la rapidez con la que Grecia ha pedido a Europa que resuelva sus problemas ha desatado la resistencia en Alemania. Si la cancillera, Angela Merkel, dejaba claro el viernes que no habrá ayudas sin "estrictas condiciones", miembros de la CSU --partido hermano de la CDU de Merkel-- hablaban ayer de negar las ayudas e invitaban a Grecia a abandonar la Eurozona. "La verdadera alternativa es que Grecia abandone la Unión Monetaria y vuelva a hacerse competitiva a través de reformas estructurales", decía Werner Langen, jefe del grupo CDU-CSU en el Europarlamento, en declaraciones al semanario Spiegel.

La misma publicación recoge en su edición de esta semana las palabras de Hans-Peter Friedrich, de la ejecutiva de la CSU, que en la misma línea que su colega afirma que Grecia "debe estudiar seriamente la posibilidad de abandonar el espacio del euro". "El país no tiene solo un problema de liquidez, sino también de crecimiento y estructural".

Para Friedrich, la salida de Grecia de la Eurozona "no puede ser considerado un tabú". No es la primera vez que semejante idea surge de las filas de los partidos que conforman el Gobierno alemán, aunque hasta ahora nadie se había atrevido a aplicarla tan claramente al caso griego actual. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, aseguró ya en marzo al Financial Times que "si un Estado del Eurogrupo no es capaz de recuperar la capacidad de competencia de su economía ni de sanear sus presupuestos públicos, como última solución debería abandonar la Unión Monetaria".

Pero ni Merkel ni Schäuble parecen pensar aún que esa "última solución" haya llegado. Ayer, el ministro de Finanzas de la CDU rechazaba en el Frankfurter Allgemeine la propuesta de sus colegas de expulsar a Grecia del euro: "Tenemos que solucionar esta crisis en el marco de los contratos existentes". Schäuble quiso, sin embargo, hacer hincapié en las ideas expuestas por Merkel el viernes sobre la conveniencia de someter a Grecia a disciplina estricta para concederle créditos. "Grecia debe presentar solidez financiera y política", dijo el ministro al aclarar que si el país contraviene el plan de saneamiento de la UE "no recibirá ninguna ayuda".

Con la vista puesta también en Grecia, la cancillera, por su parte, volvió ayer a exigir una regulación de los mercados financieros internacionales en los que, según Merkel, "se sigue especulando demasiado".

En su intervención radiofónica semanal, la líder socialcristiana señaló que es necesaria una "actuación internacional" para la que se requerirá de la colaboración de las principales organizaciones económicas y financieras --FMI, Banco Mundial, OCDE, OMT y OMC-- con cuyos jefes se reunirá Merkel el miércoles en Berlín.