Solbes, con el permiso de Zapatero, le ha vuelto a parar los pies al ministro de Trabajo, Jesús Caldera, con gran enfado de los sindicatos. El resultado es que ayer fue imposible firmar el acuerdo entre Gobierno, sindicatos y empresarios sobre el salario mínimo interprofesional (SMI). Los representantes de UGT y CCOO no están dispuestos a volver a negociar sobre nada hasta que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "tome cartas en el asunto", en palabras del secretario de Acción Sindical de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

Todo estaba listo para que, ayer, el Gobierno firmara con los representantes de UGT, CCOO, CEOE y Cepyme un acuerdo sobre evolución del salario mínimo interprofesional (SMI). El día anterior, Trabajo había remitido una copia del acuerdo a cada una de las partes, que fue discutida y aprobada por UGT y CCOO y que, según el ministerio, "tenía el OK de los empresarios".

El acuerdo incluía una subida del SMI del 4,5% para el 2005 (que se suma al alza del 6,6% aprobada en junio), dentro del compromiso socialista de llegar a los 600 euros en el 2008, al finalizar la legislatura. El acuerdo también incluía una bonificación de 10 euros en la cuota empresarial de la Seguridad Social sobre cada contrato que cotice por la base mínima (para evitar que los empresarios asuman todo el coste de la elevación del SMI). Por último, el texto incorporaba una cláusula automática de revisión salarial para garantizar que, en el futuro, la subida del SMI nunca será inferior a la de la inflación.

Este último punto es el que no gustó en el Ministerio de Economía y el vicepresidente Solbes exigió retrasar su aprobación. Ayer, Caldera tuvo que retirar el texto del acuerdo y, según asistentes a la reunión, dijo que la decisión había sido consultada y avalada por Zapatero.