La multinacional japonesa Sony prepara una alternativa al duro plan de ajuste laboral en la fábrica de Viladecavalls (Barcelona) anunciado el pasado día 15. El plan b que están negociando de forma discreta la dirección de la compañía y los sindicatos tiene ya definidos los ejes básicos, entre los que se encuentran la retirada del expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 275 empleados y la apertura de un programa de bajas voluntarias incentivadas que afectará a un máximo de 150 trabajadores, según explicaron fuentes del sector.

Otro de los ejes de la alternativa a la congelación salarial que incluía el ajuste planteado por la multinacional consiste en un aplazamiento del incremento de los sueldos. En el 2009 y posiblemente en el 2010, la empresa no pagaría las subidas salariales que tienen como referencia el convenio del metal de la provincia de Barcelona, aunque se comprometería a abonar los atrasos posteriormente, cuando la situación económica de la compañía y el mercado hayan mejorado.

A favor del acuerdo juega la previsión de una inflación, que estará situada en el nivel más bajo de los últimos años, ya que puede rondar el 1,5% debido a la recesión económica. Por ello, el pago aplazado de los atrasos tendrá un coste leve para Sony.

Los negociadores van con pies de plomo después de haber conseguido que la multinacional japonesa se haya replanteado su decisión inicial tomada en noviembre de cerrar la fábrica de Viladecavalls a corto plazo. La posibilidad de pactar un plan de mejora competitiva hizo que la empresa aceptara mantener dos fábricas de gran tamaño en Europa, la de España y la de Eslovaquia, con unos costes de personal mucho más bajos.

La mejora competitiva también incluye la recuperación de la logística --ahora en manos de empresas subcontratadas-- a través de una nueva sociedad europea de Sony, a la que serían traspasados 185 empleados.