La subida del petróleo se percibe día a día a través de unos precios de los carburantes que no paran de subir. Pero el principal problema son sus efectos a medio y largo plazo en el crecimiento, cuando las cotizaciones en los mercados de futuros se han consolidado por encima de los 40 dólares, frente a una media que no llegó a los 30 el año pasado, advierten los expertos. Estos datos indican que no se trata de una subida puntual y alertan de su impacto en el consumo de las familias y en el desempleo.

"Si se mantienen los niveles de entre los 40 y 50 dólares por barril, tendremos que revisar a la baja en dos o tres décimas las previsiones de crecimiento de la economía española para el 2005, que habíamos situado en el 2,9%", destaca David Martínez, de Asesores Financieros Internacionales (AFI), quien resalta el impacto en un menor consumo familiar y más desempleo.

Para las familias, el constante encarecimiento del crudo significa la pérdida de poder de compra, y por lo tanto un empobrecimiento a través de una mayor inflación. A la larga, su recorte de gastos y consumo afecta también a las empresas que, para rebajar costes, acaban por reducir sus plantillas.

Los sectores más afectados por las subidas del petróleo son los de transportes, la agricultura, las líneas aéreas, los plásticos y otras industrias intensivas en el uso de productos energéticos. Compañías como British Airways, la alemana Lufthansa o Air France ya han decidido aplicar recargos sobre sus billetes para paliar los efectos del encarecimiento del crudo.

UNA MEDIA MAS ALTA Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Económicos (IEE), resalta que las perspectivas para el 2005 son peores de lo inicialmente previsto, porque "la media del precio del barril probablemente estará en 40 dólares o por encima". Los presupuestos del Estado para el 2005, que prevén un crecimiento del 2,9% en España en el 2005, se elaboraron con un escenario de un barril en torno a 33 dólares. Además, en su opinión, es poco probable que el euro se mantenga en los elevados niveles actuales a lo largo de todo el 2005, lo que empeoraría los efectos del encarecimiento del petróleo.

En todo caso, el precio medio del petróleo en lo que va de año se ha encarecido un 15% con respecto a la media existente en el 2003. Apenas ha subido unos cuatro euros por barril de media. En cambio, contado en dólares, ha subido un 25%, más de siete dólares, un 40% más que si la divisa europea se cambiara a la par con el dólar.

Este diferencial es el que ha permitido a la zona del euro amortiguar los efectos del alza del barril, que el viernes volvió a superar los 49 dólares en el mercado de Londres (traducido a euros al cambio actual son 40) y los 53 en Nueva York, cotas que, en términos nominales, carecen de precedentes. En cambio, ajustando la inflación, estas cotizaciones aún se encuentran en torno a la mitad de las que se alcanzaron en en la crisis del petróleo de 1979 que, en dólares actuales superaron los 80.

La zona del euro es más dependiente del petróleo que EEUU y España, aún más. Los precios de los carburantes reflejan los primeros impactos. La gasolina sin plomo de 95 octanos se situó el viernes pasado en un precio medio récord en España de 92,90 céntimos (155 pesetas) y el gasóleo de automoción, de 83,50 céntimos (139 pesetas).