Suiza ha rechazado en un referendo una iniciativa popular que daba al Banco Nacional del Suiza (BNS) poderes plenos y exclusivos en materia de creación de dinero, lo que según sus adherentes hubiese tenido el efecto de garantizar la estabilidad financiera del país. Esa propuesta fue rechazada de forma clara, con un 74 % de votos en contra, según las estimaciones de la empresa de sondeos gfs.bern, citada por diferentes medios de prensa suizos.

Se trata de una iniciativa que implicaba una reforma radical del actual sistema monetario, en el cual el Banco Nacional de Suiza emite billetes y monedas que solo representa el 10% de la masa monetaria que está en circulación (algo típico en el sistema capitalista).

Los bancos crean dinero cuando conceden préstamos pero nadie les acusa nunca de crear inflación, por ejemplo. La decisión de limitar la creación de dinero físico o público (a través de préstamos del Estado), en favor de la concesión de créditos y préstamos bancarios es una decisión de política económica tendente a potenciar el sector privado frente al público.

Los autores de la rechazada iniciativa -un colectivo que ha reunido a individuos de diferentes perspectivas, incluyendo economistas y docentes- deseaba poner fin a ese sistema a cambio de otro que desde su punto de vista hubiese servido mejor para proteger el dinero de los clientes de bancos y prevenir las crisis financieras.

El Gobierno suizo se opuso desde el principio a este cambio por el impacto que hubiese tenido en la actividad comercial de los bancos -un sector del que depende el 5,6% de los empleos y el 9,1% del PIB del país-, que hubiesen tenido más dificultades para financiar préstamos, entre otros problemas que anticipaba.