Ford Motor, la tercera compañía automovilística del mundo, acordó ayer vender Jaguar y Land Rover a Tata, el icono del motor en la India, por menos de la mitad de lo que pagó en su día por las dos compañías y en un momento en el que la demanda de vehículos de gama alta está disminuyendo. Tata pagará 1.460 millones de euros por las dos marcas de lujo de la multinacional estadounidense, mientras que esta contribuirá al fondo de pensiones de ambas casas con 380 millones de euros.

La venta, sujeta a la aprobación de las autoridades antimonopolio, acabará entre agosto y septiembre, según informaron Ford y Tata. Ford seguirá suministrando motores, transmisiones y otros componentes a ambas marcas británicas.

La división de crédito de Ford proveerá financiación a los distribuidores de las dos marcas vendidas por un periodo de dos meses. Ford comunicó los detalles del acuerdo a los trabajadores de Jaguar y Land Rover, que emplean a 15.500 personas en las plantas de West Midlands y Merseyside, en Inglaterra.

La venta de las dos marcas británicas a Tata fue anunciada inicialmente en Londres por Tony Woodley, líder de United, el mayor sindicato británico, que apoyó la adquisición del grupo indio. "Hubiéramos preferido que Ford mantuviera las compañías en su órbita, sobre todo teniendo en cuenta la alta rentabilidad de Land Rover", dijo Woodley.

Sin embargo, añadió que "dados los compromisos asumidos por Tata sobre el futuro de Jaguar y Land Rover y los acuerdos a largo plazo para abastecerse de motores en Bridgend y Dagenham plantas de Ford en Gran Bretaña", están satisfechos de que la compañía estadounidense se mantenga implicada.

"IDENTIDAD INTACTA" El presidente de Tata, Ratan Tata, afirmó estar "muy satisfecho" con la incorporación de Jaguar y Land Rover, por las que dijo sentir un "enorme respeto", y aseguró que se "perpetuará su competitividad conservando su identidad intacta".

Algunos analistas han expresado preocupación porque Tata absorbe demasiada deuda y responsabilidad en los planes de jubilación, y ven problemática la integración de las dos marcas de lujo en su gama de vehículos.

Para el director de la consultora británica Automotive Industry Data, Peter Schmidt, la situación financiera de Ford es "tan grave que simplemente no podía mantener las dos compañías más tiempo". Ford adquirió Jaguar en 1989 por 1.581 millones de euros y Land Rover en el 2000 por 1.726 millones.