Cuenta atrás para la medida con la que el Gobierno espera devolver la financiación a familias y empresas. El Tesoro adjudicó ayer 4.419 millones de euros en la primera subasta extraordinaria de letras y bonos con que se va a dotar de recursos al fondo que va a facilitar liquidez al sistema bancario. Además, el mercado de renta fija AIAF, a través del que el fondo realizará sus operaciones, le admitió como miembro.

El fondo inyectará 30.000 millones de euros al sector financiero en lo que resta de año y el siguiente ejercicio, ampliables a 50.000 millones en función de la evolución del crédito. El objetivo es que los bancos y cajas vuelvan a dar préstamos con normalidad. Para lograrlo, comprará y tomará como garantía activos de calidad de las entidades.

La primera subasta, de 5.000 millones de euros, tendrá lugar el jueves de la semana que viene. La segunda, por otros 5.000 millones, se realizará el 11 de diciembre. Paralelamente, el Tesoro va a realizar otras dos subastas extraordinarias el 10 de diciembre y el 14 de enero.

Las entidades tienen de plazo hasta las cinco de la tarde de hoy para comunicar al Banco de España si están interesadas en acudir a las subastas. Las cajas se están planteando ir en bloque para evitar riesgo en su reputación, ya que el vicepresidente Pedro Solbes hará pública cada cuatro meses la identidad de las entidades beneficiadas.

Cada una podrá presentar un máximo de tres ofertas por un importe mínimo de tres millones de euros. Ninguna recibirá más del 10% de la subasta ni más de 2,5 veces su cuota en el mercado crediticio, lo que permite diversificar el riesgo.

Las entidades financieras, y en cierta manera también el Gobierno, se han encargado de enfriar las expectativas que ha levantado el fondo. Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, apuntó el martes que es "prematuro" aventurar qué efecto tendrá en la economía real.