La patronal y los sindicatos del textil han dado un ultimátum al Gobierno para que ponga en marcha la reforma laboral y las subvenciones que reclaman para afrontar la liberalización comercial en el 2005.

El ultimátum ha ido acompañado de un informe que pronostica un futuro negro con las pérdida de 102.300 puestos de trabajo, el 43% del empleo del textil, hasta el 2010. Este pesimismo ha tenido ya un primer efecto en el respaldo del ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, a las medidas de flexibilidad planteadas en noviembre del 2002. El plan anticrisis planteado hasta el 2006 prevé, entre otras medidas, que los trabajadores cobren una prestación del Inem que no se descontaría del derecho al desempleo.

El secretario general del Textil de CCOO, Joaquim González, ha amenazado a Piqué y al ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana --más reticente-- con movilizaciones si no aceptan.