No hay nada más temeroso que el dinero. Y cuando el pánico se instala en el mercado, cuando se entra en complejas dinámicas psicológicas, todo puede suceder. Y los inversores optaron masivamente ayer por tomar el dinero y salir corriendo con el predominio de las ventas masivas.

El Ibex 35 acabó la sesión con un desplome del 9,14%, la mayor caída diaria de la historia, incluso por encima de la del lunes negro de octubre de 1987. El mercado de renta variable, que no logró salir del pesimismo en todo el día, se vio extremadamente afectado por las pérdidas de todas las plazas internacionales ante el empeoramiento de la coyuntura económica mundial. Previsiones de recesión global, de falta de liquidez bancaria. Cualquier factor contribuye a acrecentar los temores y, por tanto, a provocar descensos de cotizaciones generalizados. El principal indicador de la bolsa española cedió al final de la sesión 905,20 puntos, hasta 8.997,70, con lo que se sitúa en niveles similares a los de finales de abril del 2005 y acumula en lo que va de ejercicio una bajada del 40,74%. En el resto de plazas europeas, con el euro también con una marcada tendencia a la baja y en el nivel de los 1,34 dólares, dominaron también los números rojos. El Banco Central Europeo (BCE) estableció un cambio oficial de 1,3579 dólares.

En España, ningún valor del Ibex acabó con ganancias. Inditex registró el menor de los recortes de la sesión al bajar el 1,42%. Las caídas más acusadas fueron para Iberdrola Renovables, que restó más del 15%. Le siguió Acciona, que se dejó en el camino el 13%.

Nadie salió inmune de la fiebre vendedora que se apoderó de los inversores. La caída fue especialmente pronunciada para los bancos. Y, en este sentido, destacaron el BBVA y el Santander: lideraron los números rojos, con pérdidas que alcanzaron el 12,78% y el 11,9%, respectivamente. Por su parte, Telefónica bajó más del 9%; Repsol, el 4,78%; e Iberdrola, más del 10%.