El Ministerio de Trabajo ha ordenado a sus inspectores que no investiguen las denuncias de acoso psicológico (mobbing ) presentadas por los funcionarios. El Gobierno asegura que estas reclamaciones "habrán de ser devueltas al denunciante", al que se informará de que tiene la posibilidad de pedir daños y perjuicios a través de un contencioso administrativo.

El argumento jurídico del ministerio que dirige Eduardo Zaplana es que el acoso psicológico en el trabajo es sólo una infracción laboral por incumplimiento del empresario de los derechos básicos del trabajador, incluidos el respeto a la intimidad y a la dignidad, la no discriminación y la ocupación efectiva.

PERJUDICIAL PARA LA SALUD

Al tratarse de un problema en la relación laboral regulada en el Estatuto de los Trabajadores, los funcionarios quedan excluidos. La única vía para pedir la intervención de los inspectores de Trabajo era alegar que el acoso perjudicaba la salud por las frecuentes depresiones.

El director general de la Inspección de Trabajo, Javier Minondo, asegura en una circular que los casos en los que hay un riesgo grave para la salud son "muy excepcionales", por lo que no se vulnera la ley de prevención de riesgos laborales.

Trabajo parte del hecho de que la mayoría de las denuncias son de los empleados con más contratos fijos, como los funcionarios, y con más presencia sindical. Este criterio hará que también se limiten las denuncias de trabajadores de empresas privadas, puesto que tampoco podrán argumentar que el acoso que sufren les produce daños en la salud.

VERSIONES CONTRADICTORIAS

La postura es contradictoria con sentencias judiciales que consideran las secuelas psicológicas del mobbing como accidentes de trabajo y enfermedad profesional.

Uno de los jueces pioneros en reconocer el acoso psicológico indicó a este diario que, aunque la justificación jurídica del criterio es aparentemente correcta, va contra la tendencia de relacionar el mobbing con la salud laboral y no responde a ningún cambio normativo. Los afectados carecerán del informe de los inspectores, que tienen presunción de veracidad.

A su vez, los sindicatos de la función pública han manifestado su rechazo a lo que creen una discriminación, y prevén la convocatoria de medidas de presión contra el Gobierno.

Los afectados por el acoso psicológico en el trabajo son alrededor del 5% en España, es decir, casi 700.000 asalariados, según la tercera encuesta de condiciones laborales en Europa, mientras que en el conjunto de la Unión Europea alcanza el 9%.

Para el inspector de Trabajo Javier Crespán, especialista en la materia, la cifra real de verdaderos casos de mobbing es inferior. De las 70 denuncias que ha investigado, sólo el 10% son algo más que disputas laborales "concretas" y constituyen "un proceso sistemático de acoso".

COMO UN ACCIDENTE LABORAL

Crespán recomienda a los acosados que acudan a la unidad de salud laboral de los ambulatorios para obtener un informe que relacione las secuelas psicológicas que sufren con el trabajo. La investigación que inicia Crespán en estos casos sigue el mismo guión que la de cualquier otro accidente laboral. En lugar de inspeccionar las medidas de seguridad de una máquina, se estudian los efectos negativos de una mala organización del trabajo mediante aspectos como las funciones encomendadas, las variaciones de puestos de trabajo o la dependencia jerárquica.

La representante de Salud Laboral del sindicato UGT, Carme Simarro, reconoce que esta materia no tiene la importancia que se merece en la negociación colectiva. "Se tiende a relegar la negociación de la salud laboral frente a aspectos salariales", afirma. La raíz del mobbing es, según Simarro, una organización del trabajo deficiente que da cabida a la persecución de trabajadores que se sienten culpables.

El psicólogo Iñaki Piñuel advierte de que "las secuelas pueden tardar hasta cinco años en desaparecer y llegan a provocar suicidios". Piñuel estima que uno de cada cinco suicidas fue víctima de mobbing. En el manual de autoayuda que ha publicado, da consejos para evitar, entre otras consecuencias, las rupturas de parejas.