Desde su creación en 1999 y su llegada a la calle en el 2002, el euro no había sufrido unos ataques tan virulentos como los de las últimas semanas. Los países de la eurozona han tratado de atajar el hundimiento de la moneda común imponiendo un duro plan de ajuste al epicentro de la crisis, Grecia. Pero su iniciativa ha tenido un grave efecto secundario. Por primera vez en su historia, la divisa europea ha sufrido una revuelta popular a pie de calle.

Con resultado trágico, ade- más. La huelga general que ayer paralizó al país, la cuarta en lo que va de año y la tercera en mes y medio, se saldó con la muerte de tres personas. Cinco jóvenes lanzaron cócteles molotov contra una sucursal del Banco Marfin, el único establecimiento abierto en una céntrica calle de Atenas, con 24 personas dentro.

La puerta de la oficina, de madera, ardió rápidamente y el fuego se extendió a las plantas superiores. Algunas personas pudieron saltar desde el balcón a la calle, y los bomberos tuvieron que evacuar a otras cuatro. Pero los tres fallecidos, dos mujeres y un hombre, quedaron atrapados en el tercer piso y murieron asfixiados. Además, se produjeron diez heridos, dos de ellos muy graves.

El primer ministro, Giorgos Papandreu, condenó el "asesinato de tres ciudadanos" y ha prometido que los responsables serán castigados. Pero, muestra de la extrema tensión en que está inmerso el país, medio millar de personas acudieron al banco para exigir al Gobierno que muestre los cadáveres. Sospechaban que era una maniobra para deslegitimar las protestas.

COMBATES Fue el episodio más radical de violencia, pero no el único. Un grupo de unos 50 manifestantes trató de irrumpir por la fuerza en el Parlamento al grito de "ladrones", y la policía tuvo que dispersarles con gases lacrimógenos. Otro grupo, armado con bates de béisbol, cascos y máscaras de gas, deambulaba por el centro reventando cajeros y escaparates, y enfrentándose con la policía y con otros manifestantes. El centro de Atenas se convirtió en el escenario de una batalla campal.

"QUE PAGUEN LOS RICOS" La mayoría de los griegos --el 56%, según algunas encuestas-- es consciente de que el país debe hacer sacrificios. Lo que no entiende es por qué la mayor parte debe descansar sobre los hombros de la población. "Que paguen los ricos por la crisis", es el lema del principal acto de protesta, que asedió el Parlamento con más de 200.000 personas, según los sindicatos y el Partido Comunista (los organizadores), y 25.000 en cálculos oficiales.

La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional han condicionado la ayuda de 110.000 millones de euros que debe evitar la quiebra de Grecia a que el Ejecutivo elaborase un segundo plan de ajuste, mucho más duro que el primero.

El paquete de medidas que Papandreu culminó el domingo y el Parlamento aprobará hoy, prevé un ahorro de 30.000 millones de euros en las cuentas públicas en tres años para corregir el déficit público, que ascendió al 13,6% en el 2009.

Para lograrlo, se prevé eliminar las dos pagas extraordinarias de los funcionarios, congelar los salarios públicos, reducir las pensiones, subir impuestos (como el IVA, el tabaco, el alcohol, los productos de lujo y la gasolina), flexibilizar la legislación laboral y elevar el tope de despidos al mes a las empresas.

El rechazo a estas medidas, tachadas de "muy severas e injustas socialmente" por los sindicatos, no para de crecer y de hacerse más violento. Según sus cálculos, el 80% de los trabajadores secundaron ayer la huelga, al sumarse los del sector privado a los funcionarios, que iniciaron la protesta el martes.

Los enfrentamientos fueron tan brutales que el Gobierno colocó a la policía en estado de alerta general en Atenas. La violencia, advirtió Papandreu, lleva a la violencia. "El Gobierno comparte los sentimientos de los jubilados y de los asalariados que ven reducidos sus ingresos, pero lo hacemos para que haya un futuro", se justificó. Su situación es muy compleja. Además de la creciente oposición de la calle, se enfrenta a la del resto de grupos parlamentarios. Aunque no necesita sus votos, ya han manifestado que se oponen al plan, lo que deja aislado al Ejecutivo.

La crisis interna hace perder aún más credibilidad a Grecia en el exterior. La bolsa helena se hundió el 3,9% y el euro, cuya supervivencia está en juego, cayó a 1,29 dólares al cambio oficial.