Tras 15 años de ayudar a contener la inflación en los países desarrollados, la globalización es "un riesgo". La gran demanda de alimentos y materias primas en los países en desarrollo ha creado presiones inflacionistas que repercuten en Europa y EEUU. Así lo constataron ayer el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, y banqueros de estados europeos y norteamericanos en un encuentro en París.

Según Trichet, la globalización aún tendrá efectos benéficos. Pero "la escalada de las materias primas, sobre todo alimentarias", por la demanda de los países emergentes ha transformado la globalización "en un vector de transmisión de los riesgos inflacionistas".