El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, reclamó ayer en Madrid a los 15 gobiernos de la zona euro que incrementen los "incentivos" que sus ciudadanos tienen para trabajar. Para lograrlo, apostó por una controvertida terna de medidas: rebajar la tributación sobre las rentas del trabajo, reducir los "elevados" subsidios de desempleo, y fomentar el retraso de la edad de jubilación. El responsable de la política monetaria se mostró convencido de que estas iniciativas serían especialmente beneficiosas para crear empleo en los sectores que tienen "más desapego" por el mercado de trabajo: las mujeres y los trabajadores de edad avanzada.

Trichet no pudo menos que reclamar contención salarial. En particular, volvió a declararse radicalmente contrario a la vinculación de los salarios a las subidas del índice de precios al consumo.