Los líderes de la Unión Europea han alcanzado un acuerdo para la introducción de una tasa bancaria que sufrague las crisis financieras. También está sobre la mesa el establecimiento de un impuesto a las transacciones bancarias internacionales. Los países europeos se han comprometido a presentar una propuesta de tasa internacional consensuada en la próxima cumbre del G-20, según ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

"Hemos llegado a un acuerdo sobre el principio de una tasa a la banca, que contribuirá a un reparto equitativo del coste de la crisis financiera y a una mayor estabilidad del sistema", ha explicado el dirigente comunitario. La idea de una tasa a la banca será discutida también en la reunión de las 20 potencias industriales y emergentes (G-20) y la UE también propondrá, según el presidente europeo, "que se explore y se desarrolle la introducción de una tasa sobre las transacciones financieras".

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, considera que las decisiones tomadas hoy por los veintisiete líderes constituyen un "mandato claro y unido" para la reunión del G-20. "Estamos enviando una clara señal a nuestros ciudadanos, a los mercados, y también a nuestros socios, de que vamos a reducir nuestros déficit, nuestra deuda, y de que vamos a revitalizar nuestras economías". "Nos gustaría ver el mismo grado de determinación en nuestros socios", ha recalcado el presidente de la Comisión Europea.

Apoyo de Alemania y Francia

La cancillera alemana, Angela Merkel, ha asegurado hoy que Francia y Alemania están a favor de defender en la próxima reunión del G-20 la necesidad de incrementar la vigilancia sobre el sector financiero y de aplicar esa tasa, conocida en términos generales como tasa Tobin para evitar los movimientos especulativos contra el euro, los títulos de deuda europeos y las bolsas. "Puede ser muy interesante. Francia y Alemania están a favor de incrementar la vigilancia sobre los que originaron esta crisis", ha asegurado Merkel, antes de entrar en la reunión de líderes europeos que se celebra en Bruselas.

El impuesto sobre la banca es uno de los asuntos clave de la situación económica actual, para algunos expertos la razón de las tensiones que están sufriendo los mercados europeos en los últimos meses, ya que los grandes grupos financieros se oponen a ella. La cumbre de países desarrollados y emergentes (G-20), que se celebrará en Toronto (Canadá) los días 26 y 27 de junio, es una cita relevante en el marco de ese objetivo, al que se ha sumado también el presidente de los EEUU, Barack Obama. Alcanzar una posición de consenso sobre el asunto en Europa es un paso adelante de relevancia para que esa tasa internacional pueda llegar a ser adoptada.

Tasa Tobin

El lunes, Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunieron para preparar las citas internacionales de este mes y aproximaron posiciones, al anunciar su intención común de defender la tasa bancaria, pero también la implantación de un impuesto a las transacciones financieras (conocido también como tasa Tobin). Cualquier tipo de tasa aplicada a los movimientos financieros debería contribuir a limitar los efectos de las operaciones a corto plazo y los movimientos especulativos contra valores, divisas y deuda pública de los estados.

Aunque existe un cierto consenso en la necesidad de un impuesto que traslade los costes de las crisis al sector financiero, idea que también es defendida por el Fondo Monetario Internacional, no hay acuerdo sobre sus características. El elemento más polémico es evitar que el gravamen coloque a las entidades europeas en desventaja frente a sus competidoras extranjeras.