La Unión Europea (UE) cree que será "inevitable" que Irlanda se vea obligada al final a tener que recurrir a la ayuda financiera europea para sanear su quebrado sistema bancario y para enderezar sus cuentas públicas, pese a la actual numantina resistencia del Gobierno irlandés a formular esa petición de ayuda. "No creo que Irlanda pueda llegar a salir de la situación sin recibir una ayuda europea", declaró el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, tras presidir el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE.

El mantenimiento a flote de los bancos irlandeses ha disparado el déficit público del país al 32% del producto interior bruto (PIB) y las entidades financieras dependen desde hace meses de los préstamos del Banco Central Europeo (BCE). "Será muy difícil para el BCE ir más lejos en la aportación de liquidez a los bancos de Irlanda", dijo Reynders.

"La situación es muy urgente y muy grave. No hay tiempo que perder. Es esencial que se restaure la confianza en el sector bancario irlandés por el bien de la estabilidad financiera de Europa", señaló, por su parte, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

Sin embargo, ante la feroz negativa de Dublín a pedir ayuda del fondo europeo de estabilización en la reunión del Eurogrupo del martes por la noche, los ministros de Economía optaron por dar una última oportunidad a Irlanda de recuperar la credibilidad ante los mercados financieros en lo que queda de mes. Como medida de precaución, no obstante, han comenzado ya a poner en marcha los preparativos para tener listo un plan de rescate financiero, centrado en el sector bancario, por si es inevitable, como piensa la mayoría.

El equipo de expertos de la Comisión Europea, del BCE y del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegarán hoy a Dublín para estudiar en detalle sobre el terreno cómo puede reestructurarse el sobredimensionado y quebrado sector bancario irlandés. El Gobierno ha estimado el coste del reflotamiento del sector bancario en unos 50.000 millones de euros, pero las fugas de depósitos y las crecientes dificultades de las entidades hipotecarias hacen prever que la cifra real será muy superior.

Irlanda debe convencer a los mercados financieros de que el plan de ajuste plurianual 2011-2014 que presentará la semana próxima es suficiente para enderezar la situación. "Si no lo consigue, la intervención europea será inevitable", indicaron fuentes comunitarias. El Gobierno ha anunciado un ajuste de 15.000 millones en cuatro años, pero no ha precisado cómo.

El ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, habló de una "misión técnica" UE-FMI para estudiar cómo reestructurar el sector bancario, pero volvió a reiterar que Irlanda no negocia un plan de rescate europeo. Dublín teme que, si pide la ayuda financiera europea, se vea obligado a subir su bajísimo impuesto de sociedades, que es considerado por los demás países como un dumping tributario desleal.

La ayuda europea está condicionada a la adopción por parte del beneficiario de un plan de ajuste económico y presupuestario muy riguroso, y el país queda colocado bajo tutela de la UE, como le ha ocurrido a Grecia.