Los líderes de la Unión Europea acuden a la cumbre del Grupo de los Veinte (G-20) muy críticos con la política norteamericana de apuntalar su recuperación económica a costa del euro. La UE quiere obtener en Seúl un compromiso que ponga fin a la actual guerra de divisas, que ha empujado al euro a una revalorización constante en los últimos meses hasta niveles cercanos a 1,4 dólares, lo que amenaza con frenar las exportaciones y comprometer la frágil recuperación económica europea.

"Debemos mostrar un compromiso político claro para cooperar y encontrar soluciones duraderas a las actuales tensiones en los mercados de divisas, para permitir que los tipos de cambio se sitúen en línea con la bases económicas fundamentales y evitar una devaluación competitiva de divisas", señalan el presidente de la UE, Herman van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en su carta conjunta al resto de dirigentes de los países del G-20. La UE también quiere insistir en fijar una tasa sobre las transacciones financieras.