Era un secreto a voces. "La ralentización de la economía es más pronunciada de lo que pensábamos antes del verano", reconoció ayer el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Pero para luchar contra esta, los ministros de Economía de la zona euro descartan adoptar un plan de choque, y apuestan por mantener la misma estrategia de los últimos años. Eso sí, con matices: la lucha contra la inflación es prioritaria y para ello defenderán la moderación salarial.

"Hemos descartado, y esto ya desde hace meses, lanzar un plan de estímulo europeo", aseguró Juncker desde Niza, donde se celebró la reunión informal de ministros. Las razones: la medida fue ensayada en "varios países europeos" y resultó "una mala experiencia", aumentando "el déficit y la deuda". El líder del Eurogrupo desestimó una reacción similar a la de EEUU ante la crisis porque "no es evidente que la acción lanzada por nuestros amigos americanos tendrá más éxito a medio plazo".

Los ministros coincidieron en que la actual situación de la zona euro --cuyo PIB cayó en el segundo trimestre--, es el resultado de la fuerte desaceleración mundial, la persistencia de las turbulencias financieras y el elevado precio de las materias primas. Y frente al "problema común", Juncker prefiere "una respuesta común en lugar de respuestas nacionales desordenadas como en el caso de décadas anteriores". Proseguir con las reformas estructurales y no responder a las subidas de los carburantes rebajando impuestos son ejemplos de buenas prácticas según el presidente del Eurogrupo.

"HOSTILES" Juncker también defendió tomar medidas para combatir la inflación, principalmente apostando por la moderación salarial. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, coincidió con la propuesta, y tachó de "hostiles" las cláusulas de ajuste automático de los salarios.

Ambos insistieron en que su objetivo no es "bloquear" el aumento de los salarios, sino vincular su evolución a la productividad, y recordaron que los gobiernos deben servir de ejemplo al sector privado en la negociación de los sueldos en la Administración. Juncker, además, anunció que la próxima reunión del Eurogrupo contará con representantes de los empresarios y sindicatos para dialogar sobre la moderación salarial.

El presidente del Eurogrupo también reconoció que durante los próximos meses el crecimiento seguirá siendo "débil" --las previsiones para este año y el próximo han caído a la mitad--, pero que se dan algunos "elementos de satisfacción" como la devaluación del euro o la rebaja del petróleo, que "ayudarán a frenar los precios". El comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, confió en que "a principios del 2009 estemos ya viendo la recuperación".

Trichet, por su parte, volvió a recordar que su prioridad es controlar la inflación, y repitió que persisten los riesgos al alza para la estabilidad de precios y que la autoridad monetaria hará todo lo necesario para anclar las expectativas de inflación, alejando posibles recortes o subidas de tipos.